Sabina en Sevilla

Excelente restaurante, con deliciosas opciones de comida. En nuestro caso pedimos algunos de los platos del día de recomendación del chef. Los platos muy bien presentados, y uno mejor que el otro. El día que fui, estaba bastante tranquilo, y muy buena atención. El mesonero que nos atendió se esmeró para hacernos sentir como en casa, y sus recomendaciones fueron todas muy acertadas.

Estupenda cocina, variada y sabrosa, con producto de calidad. El espacio es muy agradable, amplio y de buen gusto. Un sitio de referencia en Sevilla.

Se trata de una joyita escondida en un lugar poco asociado a la gastronomía y en el que no me imaginaba que podría comer así de bien. Supongo que su ubicación lo limita a ir solo si se está por la zona por trabajo, pero lo recomendaría para cualquier ocasión (aunque desconozco si abre los fines de semana). Fuimos un grupo de 6 personas y pagamos 27€ por cabeza, lo cual no está nada mal teniendo en cuenta que pedimos 3 postres y que estos no son precisamente baratos. Para mi gusto, lo más top fue el carpaccio de gambas al ajillo, que tiene muchísimo sabor y que sueño con volver a probar mas pronto que tarde. Para mis acompañantes, lo mejor fue la tosta de tataki, aunque a mí me parecieron demasiado saladas. Pero también estaban muy ricos otros platos como la clásica ensaladilla de gambas -sencilla pero cargada de sabor-, la burrata con pesto -cremosísima-, las albóndigas de choco y gambas o el revuelto de papas trufadas. La carta de postres era bastante amplia y pedimos tarta de queso al horno, torrija y tarta de la abuela, pero los precios de estos platos sí que me parecieron excesivos, estando todos en torno a los 6 € y uno incluso costaba 6,85 €. La atención también fue estupenda.

Se trata de una joyita escondida en un lugar poco asociado a la gastronomía y en el que no me imaginaba que podría comer así de bien. Supongo que su ubicación lo limita a ir solo si se está por la zona por trabajo, pero lo recomendaría para cualquier ocasión (aunque desconozco si abre los fines de semana). Fuimos un grupo de 6 personas y pagamos 27€ por cabeza, lo cual no está nada mal teniendo en cuenta que pedimos 3 postres y que estos no son precisamente baratos. Para mi gusto, lo más top fue el carpaccio de gambas al ajillo, que tiene muchísimo sabor y que sueño con volver a probar mas pronto que tarde. Para mis acompañantes, lo mejor fue la tosta de tataki, aunque a mí me parecieron demasiado saladas. Pero también estaban muy ricos otros platos como la clásica ensaladilla de gambas -sencilla pero cargada de sabor-, la burrata con pesto -cremosísima-, las albóndigas de choco y gambas o el revuelto de papas trucadas. La carta de postres era bastante amplia y pedimos tarta de queso al horno, torrija y tarta de la abuela, pero los precios de estos platos sí que me parecieron excesivos, estando todos en torno a los 6 € y uno incluso costaba 6,85 €. La atención también fue estupenda.