Sabat en Sant Cugat del Vallès

La pastelería Sabbath de Sant Cugat siempre ha sido un lugar encantador para hacer una pausa dulce. El ambiente es acogedor, con un espacio agradable que invita a sentarse y disfrutar de un buen café, y el personal destaca por su amabilidad y atención cercana, lo que hace sentirse bienvenido desde el primer momento. Sin embargo, hay que decir -con todo el respeto y aprecio por el establecimiento- que últimamente hemos notado un cierto descenso en la calidad de algunos de los productos, especialmente si se compara con la excelencia a la que nos tenían acostumbrados hace unos años. Al mismo tiempo, los precios han ido aumentando, y quizás esto hace que la experiencia general no sea tan redonda como antes. Sin embargo, sigue siendo un lugar con mucho encanto, ideal para un encuentro tranquilo o para llevarse algún detalle dulce. Esperamos que recuperen ese nivel que les hacía tan especiales.

Es una pastelería histórica de Sant Cugat con inmejorable ubicación. Su oferta es muy variada, sobre todo de las elaboraciones tradicionales. De muy buena calidad. El precio está en línea con lo que es un producto artesanal. En cuanto a la cafetería es un espacio muy agradable. Incorpora chocolate, suizos, bocadillos. El trato es amable y eficiente. Mi madre, de 92 años, acostumbra a ir cada semana con mi hermano y la tratan con enorme cariño.

No entiendo que se dejen malos comentarios en lugares como este. Es un local tradicional como pocos quedan, con su barra de mármol y sus plafones de madera. Quien diga que sus dulces están malos es que no distingue un huevo de una patata, es todo artesano y de calidad. Luego le dan 5 estrellas al producto industrial del Fornet. Se pasan con los precios, eso si es cierto, pero es comercio local histórico y de calidad y debemos cuidarlo, cada vez queda menos.

Se trata de una pastelería tradicional en calle peatonal en el centro de la ciudad, cuenta con salón de te, donde poder degustar algunos de los productos que ofrecen, yo en mi caso y al tratarse de media tarde, me decanté por un “suizo”, chocolate a la taza con nata montada por encima, más que correcto y con un precio contenido, servicio muy atento y sitio limpio. Recomendable.