Sa Pedrera Des Pujol en Sant Lluís

Si te gusta la comida de autor, no te puede faltar este restaurante. Una experiencia única en Menorca con una comida exquisita. Tienen un trato al público excelente, se nota que todos los camareros han sido formados en protocolo, algo que no se ve mucho últimamente. Ha sido hasta ahora el mejor restaurante en todo Menorca en cuanto a trato se refiere. (En cuanto a comida también) Vamos con la comida: - Para mí, hay un claro ganador. La raya (10/10, primera vez en Google Maps que doy este valoración). Te dicen que es un plato recomendado, y entiendo por qué. Importante, te tiene que gustar el sabor a mantequilla, ya que se nota bastante. La raya es un plato difícil de cocinar, por eso decidí pedirlo aquí, ya que llevan más de 20 años haciéndolo. - Otra mención especial. El postre "El bosque" (8.5/10). Cualquier menorquín que venga aquí se sentiría identificado, el postre en si es un gusto al paladar, pero es más bien un gusto visual y sensorial. Es difícil de describir. - Finalmente, el resto de platos, el oliaigu (9/10) fue una verdadera sorpresa. Por las barbas de Neptuno (8/10) tenía una combinación de sabores espectacular, aunque se me quedó ligaremente corto en comparación con lo demás. Finalmente, la formetgada (8.5/10), como un solomillo Wellington, también estaba muy buena. - Finalmente, el precio, y probablemente lo único duro de ver en este sitio. No es barato y hay que preparar la cartera. Pero claro, si quieres comer este tipo de comida...barato, no te va a salir. Fueron 150€ dos personas, sin vino.

Excelente restaurante de larga tradición en la isla. Combina la calidad superior con un exquisito y moderno diseño de los platos. Los entrantes son variados y originales. Las barbas de Neptuno son de primera calidad, muy sabrosas y textura bien conseguida. El solomillo y la raya están fuera de discusión. El postre de helado de pomada es refrescante, alegre y divertido de comida. Tienen una bodega de primera y el servicio te aconseja perfectamente en todos los aspectos. ¡Gracias por la experiencia gastronómica, volveré seguro!

¡Qué joya de restaurante! No puedo creer que no lo hayamos visitado antes. Un talento culinario excepcional combinado con la originalidad menorquina. Servicio tranquilo y sencillo, pero puntual y atento. La carta es increíble y la carta de vinos es simplemente increíble. Merece la pena ir desde cualquier punto de la isla.

No puedes visitar Menorca sin haber estado con este restaurante. Uno de los más antiguos de la isla, con comida típica, buena cocina, servicio esmerado, y atento. Habíamos estado hace años, ya nos gustó y ahora mucho más.

Volvimos a comer genial, aunque está vez fuimos a las 19:30 y nos pareció excesivamente pronto. Luego tuvimos la suerte de que no habían más reservas y salimos a las 23. Nuevamente espectacular la raya, los canelones, la formatjada y los postres. Muchos años cubriendo espectativas.

Un lujo para la gastronomía. Un lujo para nuestro paladar. Un restaurante exquisito y mimado en todos sus componentes. El producto de altísima calidad, sabroso hasta el extremo y una presentación de 10. Cocina tradicional menorquina con técnica pero con un sabor que si te transporta de verdad. No es un restaurante para presumir de técnica y quedarse sin sabor y solo en bonita presentación. Hacía mucho tiempo que no comía tan bien y disfrutaba tanto de todos los platos. El espacio que comporta el restaurante, la bodega, la librería…., tiene una luz especial y te hace sentir un comensal especial. La terraza rodeada de vegetación es fantástica. La carta de vino es muy equilibrada, y con un gran cantidad de DO importante. La bodega vista, es un gusto para los amantes del vino. No puedo olvidarme del personal. Ha sido profesional, educado y con conocimiento de sus plato, algo de agradecer. Un lugar para repetir siempre y disfrutar de su gastronomía y de la paz que se respira. Graciassss

Decepcionante. El almuerzo de hoy ha ido de mes a menos. Primeros platos, entrantes y vino excelentes. Bodega memorable. Platos principales, escalofríos y postres bajo expectativa de lo que propone la carta. Relación precio-calidad muy mal. Ambiente poco acogedor. El servicio poco empático. Parece que te hagan un favor. Hemos pasado frío, y el personal, no sé si te toma el pelo, o te toma por tonto. Es un restaurante histórico en el que cada vez que salgo con la misma decepción. Me propongo no volver, pero al cabo de cinco años no me acuerdo y vuelvo a caer en la trampa. Al menos, cuando estaban las francesas que hacían la fondue china sin pretensiones, sabías a qué jugaban. Esta vez, después de más de 20 años, me ha quedado claro no volver. Lo siento por Daniel y la gente de la cocina, que seguro que ponen mucha dedicación.

Muy buena cocina, elaborada, autóctona y creativa. Puede ser más adecuado para comer que cenar (la cocina menorquina es 'contundente') Muy buenas raciones y puede ser el mejor postre que recuerdo: el helado de pomada, llevado y explicado a la mesa por el chef de postre, espectacular (hemos repetido). Gran carta de vinos pero, como suele ocurrir, de precio alto Para volver, ¡vale mucho la pena!

Nos explicaron muy bien los platos, las especialidades y todo estaba muy rico. Desde los aperitivos del chef hasta el postre. Precio proporcionado para la calidad de la comida, el servicio y lo agradable del restaurante

Un sitio muy acogedor y con encanto, ideal para comer bien y sentirse a gusto. La carta ofrece platos sabrosos, generosos y bien preparados, perfectos para quienes disfrutan de una comida contundente. El ambiente es tranquilo y agradable, y el personal destaca por su amabilidad y atención. Un lugar al que dan ganas de volver.