Sa Pedrera Des Pujol en Sant Lluís

Ambiente tranquilo y relajado. Las personas de servicio son amabilísimas y diligentes. Y la comida es de un nivel superior. En temporada baja tienen un menú, pero da igual porque todo lo que comimos estaba exquisito, además te ponen dos aperitivos de cortesía. Un lugar ideal para darte un homenaje en la isla.

Ambiente muy acogedor, servicio impecable y lugar excepcional. La ensalada de tomate exquisita junto con el wellington. Para mi gusto al ravioli le falta algo de sabor y la cheescake mejorable. Pero en general comida muy rica y lugar muy agradable. Relacion calidad precio muy acertada y comida de muy buena calidad. Volveremos!

todo fue perfecto Cocina refinada Personal muy atento

Una correcta bullabesa, un excelente Wellington y una deliciosa tarta de queso. Buena atención en un ambiente placentero.

Todo empieza con una cuidada atención. una comida llena de sutiles sugerencias y una muy cuidada bodega. Hace tiempo que no estaba tan a gusto en un sitio. Ester hizo que la comida fuera perfecta.

Nos encanta este restaurante. El personal es muy agradable

Una cena extraordinaria; platos elaborados con producto menorquín fresco, de excelente calidad, y con mucha creatividad. ¡La atención también ha sido exquisita! ¡Muchas gracias!

Restaurante gourmet elegante, puede ser caro, aunque el arroz con pollo (paella) era abundante y delicioso a 27 euros cada uno.

Si vas a Menorca, Sa Pedrera des Pujos es una cita gastronómica que no te puedes perder. Menú degustación con maridaje, "tranqui·litat i oliaigua"

Fue el consejo de una guía gastronómica el que nos llevó hasta Sant Lluís. Habíamos hecho la reserva con antelación y nos insistieron mucho antes de llegar para saber si elegiríamos a la carta o bien el menú de degustación; optamos por la degustación. Era un día laborable y no tenían el comedor lleno, nos acomodaron nada más llegar. Tras las explicaciones de la camarera, comenzó el servicio. Transición de platos milimétrica, servicio impecable, empático y muy eficiente. Todo lo que sirvieron estaba muy sabroso, muy bien cocinado y presentado. Lo que más nos sorprendió fue el oliaigua con higos en texturas y sopa de sofrito, elaborada con 4 tipos de tomates autóctonos: una sopa fría de tomate con cuatro texturas diferentes de higo, un contraste distinto y muy agradable. La estrella fueron los platos principales, una de las especialidades del restaurante según nos explicaron, el filete Wellington de lujo, relleno de setas, foie, con salsa gravy, impresionante. El sumiller nos recomendó un vino blanco del Ródano de 2017, que encajó perfectamente con lo servido. El precio de la degustación acorde con la calidad de la comida. Por todo esto, a quienes no lo conozcan y estén por la zona, les animamos a probarlo, no les defraudará.