sa gírgola en Palma de Mallorca

05/01/2025: Una experiencia genial. El producto, los platos, la presentación, la música...para repetir

13/12/2024: Debo decir que acudimos a este local con motivo de la comida de Navidad de la empresa, luego no puedo opinar acerca del coste por comensal puesto que lo desconozco. Dicho esto, como detalle dada la amistad entre el chef y nuestro CTO, nos hicieron participar activamente en la preparación de los platos, que podréis ver en las imágenes que acompañan a la opinión. La materia prima, los detalles "relevantes" y el emplatado corrieron a cargo del personal del restaurante. Empezamos con una cerveza a las 12:00, sin nada que la acompañase (fallo) y eran las 14:30 y todavía no habíamos hincado el diente a nada. En mi opinión, deberían haber propuesto algún tentempié porque todos estábamos caninos. ¿La comida? Vayamos por partes: 1. Huevos rellenos de atún rojo y alcachofas salteadas con jamón ibérico. Los huevos, exquisitos y acompañados de una mayonesa sublime. Las alcachofas...no soy objetivo puesto que es una verdura que no me convence, y menos hervida, así que probablemente estaban estupendas pero yo no las disfruté. Si en lugar de dos medios me hubieran puesto dos huevos enteros, me los habría comido. 2. Sopas mallorquinas: me gusta la cocina mallorquina, la tradicional, por lo que unas sopas con tanto caldo, nada de carne y poco o nada de pan pues para mi no son sopas. Es otra cosa. 3. Escaldums de pato con parmetier Robuchon: a ver, todos tenemos en la cabeza como son los "escaldums" mallorquines, ¿verdad? Pues, como con las sopas, esto es otra cosa. Es pato asado sobre parmetier, acompañado de una salsa contundente y unas albóndigas de maigret del propio pato. En sí, fue un plato exquisito. Muy sabroso. Pero no son "escaldums", es otra cosa. 4. Borracho con cremadillo de ron Amazonas: exquisito, fantástico. El maridaje consistió en cerveza y vino blanco entre la llegada y la preparación de los platos. Es decir, abrevando al personal pero sin sacar nada para picar; eso, en una comida de empresa, es un riesgo para los que no somos cargos directivos. A la que se nos caliente la lengua igual alguno dice algo inapropiado. Fallo del restaurante. Las cantidades son escasas. Un huevo por persona, tras más de dos horas y media de espera para hincarle el diente a algo, es poca cosa; las sopas, ni te cuento; el pato con parmetier, menos mal que hizo un plato de más y lo saqueé, que sino me habría desmayado y, por último, el borracho con Amazonas...todos estuvimos de acuerdo en que de haber hecho 48459 más, nos lo habríamos comido. En resumen, experiencia interesante, comida sabrosa pero escasa, servida con un juego de luces y música que crearon un ambiente distendido y con la explicación correspondiente por parte del chef. ¿Lo disfruté? Sí, por supuesto. ¿Habría comido más? También. ¿Regresaré por mi cuenta? Probablemente.