No soy aficionada a la comida japonesa pero fui a este restaurante por mis hijos. Al llegar me sorprendió la distribución de las mesas (muy original) y un entorno muy agradable. El servicio fue estupendo. La comida me encantó. probablemente porque no es un japonés puro sino que lleva toques peruanos. El precio me pareció muy razonable. Volveré sin lugar a dudas. No os perdáis los rolls.
Genial para una comida de amigas. Local muy bien ambientado que resulta muy acogedor. Fusión japo-peruano-asturiano muy interesante. Probamos el tiradito, bao de pato, sushi mar y tierra y cachopines con la tarta de queso
( fuertecita para los amantes del queso ). Todo más que correcto. Servicio atento.