Rojo Picota en Peñíscola

Primera vez en este lugar, una oferta gastronómica y de vinos bastante variada. Las croquetas son muy buenas en especial la Peñíscolana. La costilla de vaca me pareció espectacular, tanto la carne que se deshacía, como las guarniciones. La oreja brava no sería algo que volviera a pedir, las patatas estaban quemadas y bastante aceitosas. Y respecto a la pluma, igual el tipo de 'coccion' no es la esperada, la textura queda chiclosa, pero independientemente está bueno. Respecto al servicio algo lento, pero merece la pena la espera. Pd: os recomiendo ir pidiendo comida sobre la marcha, ya que al final cada plato es contundente y nos sobró el ultimo plato. Un lugar para volver sin duda y probar más cosas.

Ya hemos ido varias veces y cada vez se supera. Anoche todo buenísimo. El ambiente está muy bien y nos sentimos muy bien tratados y bien aconsejados. Da gusto ir. Gracias!!!

Nos ha encantado el sitio, ambiente muy agradable, la comida muy buena y el maridaje de vino perfecto.

Buenísimo lugar, comida excelente, servicio impecable y lugar muy acogedor. Mi favorito en Peniscola.

Me gustó mucho, comimos muy bien y el camarero fue excepcionalmente amable.

Cocina con elementos frescos y de temporada, interiorismo y vistas al Castillo de Peñíscola, buena música... Cada uno de nosotros tenía un menú diferente a 19,60€ de alto nivel gastronómico y platos contundentes. ¡Nos lo pasamos genial! Una muy buena dirección para recomendar.

Excelente vinoteca con vistas al Castillo de Peñiscola. Entrantes muy potentes y excelente carne

Sin duda lo mejorcito de Peñiscola, como ya os dije nos teneis encntados, hemos disfrutado de su promoción "siete días, siete tapas" y lástima que nos tenemos que ir y no vamos a poder degustar las que nos faltan. Los camareros muy majos y la cocina de diez. El local un lugar muy tranquilo y muy bien ambientado. Los vinos muy buenos y el vermut también. Los pintxos sabrosos y selectos. El precio lo suficientemente bueno para la calidad y el trato que recibes. Sin duda si volvemos repetiremos, tendremos que probar los pintxos que nos faltan. Suerte familia, y que os vaya muy bonito!!!!

No está mal, para ir a tomar un vinito y descubrir vinos de la tierra muy bien pero la comida tuvo luces y sombras , el jamon ibérico era envasado y bueno , no estaba mal pero no era un jamón recién cortado no me parece de recibo que un jamon ibérico en carta sea de un sobre envasado al vacío , probamos 3 croquetas diferentes y el relleno interior de la croqueta estaba muy bueno pero la cobertura externa estába para mí gusto excesivamente blando , me gustan las croquetas melosas por dentro pero crujientes por fuera , la ensalada templada de sepia no estába mal y lo mejor de todo un tataky de salmon que estába muy bueno , trato muy correcto sin más , muy frío y distante ,

Cenamos sin reservar; era viernes y no hubo problema, porque llegamos bastante pronto. Pedimos un variado de croquetas, exquisitas todas, no sabría cuál recomendar como mejor. Un crujiente de ternasco, muy bueno también. Pero también pedimos entraña acompañada de verduras. La entraña dura como chicle y fría (yo recomendaría que no le pusieran el chimichurri por encima, sino que lo trajeran aparte) y las verduras sin cocinar, imposibles de comer. El local es agradable; el encargado correcto; algún camarero sin mucha experiencia (se ve enseguida por detalles). Correcto de precio. Se me cayó una bebida al poco de comenzar la cena prácticamente entera y cuando nos ha ocurrido eso alguna vez, ha salido de los del local poner la bebida otra vez como detalle (más teniendo en cuenta si es un refresco). Aquí la cobraron. No es que espere que lo hagan, pero no creo que sea un local en el que ocurra a menudo y si se quiere fidelizar al cliente son detalles que cuentan. Claro que en sitios vacacionales es normal que no les importe tanto lo de la fidelización. Así que lo dicho: luces y sombras.