Restaurante RICO Rinconete y Cortadillo en Sevilla

Excelente relación calidad-precio, un lugar fantástico, buenos precios. Volveré en mi próximo viaje a Sevilla.

Comida muy rica. La lubina y el ajoblablanco de pistacho, espectaculares. Las alcachofas en tempura con crema de queso poyayo y miel muy suaves y originales. Pizzas carbonara y proscciuto buenas, aunque han tardado mucho en servirlas. Recomendable

Muy buen sitio para comer, la atención genial y la comida espectacular. Muy recomendable la lasaña, la alcachofa con payoyo y brioche con pringá.

Ambiente picaresco, sabor discreto: Volvería por el servicio, no por el toque de sal. (3/5 estrellas) "Rico Rinconete y Cortadillo" en Triana ha sido una experiencia con luces y sombras. El lugar, inspirado en la picaresca sevillana, cuenta con un ambiente muy logrado, una decoración acogedora y un servicio que fue rápido y extremadamente atento, sin duda el punto fuerte de la velada. Sin embargo, el corazón de cualquier bar de tapas es la comida, y aquí es donde la propuesta se queda a medio camino. La carta es variada y ambiciosa, con platos que suenan muy apetecibles, pero en la degustación, la cocina no logra sorprender. Las tapas que probamos resultaron francamente sosas. Faltaba ese golpe de sabor, ese atrevimiento o ese toque de sal justo que eleva un plato. Si bien la presentación es cuidada y se nota el esfuerzo en la elaboración, el resultado final es un tanto monótono. Uno espera que un lugar con un nombre tan evocador y un entorno tan agradable ofrezca una explosión de sabor en cada bocado, pero me quedé con la sensación de estar ante platos correctos pero sin chispa. En resumen: es un lugar excelente para disfrutar de un buen rato por su decoración y servicio inmejorable. Es un sitio ideal para el que busca un ambiente agradable y tranquilo. No obstante, si lo que se busca es una gastronomía que emocione o que refleje la intensidad del sabor sevillano, la cocina necesita urgentemente subir la intensidad y encontrar el punto de sal. Le doy 3 estrellas con la esperanza de que pulan ese importante detalle.

Un ambiente muy acogedor y agradable. He ido en pareja y hemos pedido diferentes tapas para compartir y probar algunos platos. Hemos ido por referencia de un familiar. El personal muy atento y amable. Volveremos sin duda.

Disfrutamos de un almuerzo muy agradable. La comida, el servicio y el ambiente fueron excelentes.

La decoración preciosa y la comida riquísima las cantidades eran buenas repetiré sin duda Nos ha atendido Raquel, una chica atenta y muy simpática

Buen trato y la comida fenomenal a excepción de algunos platos que llegaron un poco tarde.

Un sitio agradable en el centro de Sevilla. Las bebidas están deliciosas. No comimos, pero la comida tenía buena pinta. Lo único negativo es que el menú solo está en español y solo lo ofrecen si quieres pedir comida.

Tenía ganas de conocer este gastro y un amigo reservó para compartir la experiencia. Al llegar topas con una terraza pequeña y al acceder con un amplio salón de decoración industrial con motivos vegetales y de ambiente agradable y acogedor. Presenta una carta no muy amplia, pero sí variada como propuestas en tapas y platos. Nosotros decidimos pedir todo a compartir para así probar más cosas. Nuestra elección: - Tempura de alcachofas con cremoso de payoyo y miel de tomillo y soja, no soy muy de alcachofas, pero debo reconocer que estaba realmente deliciosa. Recomendable. - Ajoblanco de pistacho con tataky de atún rojo y caviar de mújol, teníamos que probar esta atrevida combinación. El sabor del pistacho muy suave a mi parecer, pero de textura muy buena y agradable a paladar. Al combinar con atún si que explosionaba más el sabor de ambas materias primas. Nos gustó, pero esperábamos algo más. - Risotto de calabacín, parmesano, trufa blanca y polvo de aceitunas negras. Punto de cocinado adecuado y cremosidad perfecta. Sabores intensos y deliciosos. Nos gustó mucho, recomendable. - Rib-eye madurado a la parrilla, nos presentaron la pieza de carne antes de marcharla, algo que nos agradó. Dado que era una carne especial, esperábamos que viniese con piedra para terminar de cocinar al gusto en mesa, pero no fue el caso y esto hizo que perdiese mucho nivel esta pieza que apuntaba maneras. Estaba buena, pero no es destacable. - Torrija con dulce de leche, helado de leche cruda y galleta Lotus, muy buena y por ende recomendable. Para acompañar lo comentado nos decantamos por un vino tinto caballo ganador, Finca Resalso. Experiencia agradable que repetiría para degustar otros platos que quedaron en el tintero.