RESTAURANTE REINA XIV en Real Sitio de San Ildefonso

Una experiencia original que nos permite deleitar sabores dignos de la corte de Felipe V. Excelente servicio y atención. El menú “Reina” buenísimo.

Una de mis mejores experiencias gastronómicas hasta la fecha. No se trata simplemente de una comida en un restaurante, sino de una obra de arte. Con el palacio de verano real de La Granja como telón de fondo (e inspirado en él), este restaurante es, sin duda, el mejor de la ciudad. Es una visita obligada y combina a la perfección con una mañana visitando el palacio y sus jardines. Al momento de escribir esto, el restaurante ofrece dos menús degustación, con maridaje de vinos opcional (que recomiendo). Los platos se basan en la tradición e historia local y logran un equilibrio perfecto entre tradición e innovación. Son de temporada. Todos los platos son un placer para el paladar. Durante mi visita, disfruté especialmente del milhojas de ajo negro, la sopa de ajo blanco con frutos secos y aceite de oliva, el lomo con piñones, la trucha, el postre de higos y el ponche segoviano reinventado. Todos los platos se acompañan de excelentes vinos. Durante mi visita, me impresionaron especialmente el guiso local de «judiones» con vino blanco, recreado según la técnica y la uva de la época de la reina Isabel I (La Católica), y los buñuelos de jamón y parmesano con vino Albarín, si bien cada vino es una delicia en sí mismo. Es evidente la pasión que el equipo le dedica a este proyecto y su clara visión del restaurante; se merecen todo el éxito. ¡Una auténtica celebración del sabor! ¡Volveré!

Impresionante. La cena, el sitio y el ambiente, la atención en la Sala, y la comida... no había probado nada semejante antes.

Excesivamente caro. Atención menos que justa.

Es una experiencia increíble… Desde el trato, el lugar, la comida…

Siendo poco empatado el ambiente lo abría puntuado con una estrella. Pero he considerado que la dirección del local no se lo merece ya que no se puede saber el nivel de educación y respeto que están dispuestos a dispensar las eminencias que piensan que con dar las gracias y en el mejor de los casos que no lo tengo tan claro un propina pueden anular el fantástico ambiente del local con sus conversaciones de vidas que les van a durar 500 años y su nenito Lucas que todo el comedor sabe el nombre molestándote a todos los comensales que venimos a vivir una experiencia espectacular. Yo he tenido niños y he ido a los parques y a que vean a Ronald Macdonal.... Respeto eminencias respeto y educación que lo la da el dinero suponiendo que lo tengáis. Lo que tiene que aguantar la dirección.... El personal ambiente comida.... matrícula de honor. Volveré

Es una experiencia para disfrutar con todos los sentidos: el ambiente, la música de fondo, la amabilidad del personal y los exquisitos y sorprendentes platos. Mención especial al Sabayon de entrante, la trucha y el postre de higos. Maravilloso!

Increíble este restaurante. Nos hicieron sentir como reyes. La atención y la comida 10 de 10. Comimos judiones, buñuelos y el lingote de cochinillo que es el mejor que he comido. Si se visita La Granja es un sitio excepcional para comer.

Tuvimos un almuerzo increíble aquí. La comida fue de lejos una de las mejores que he probado y fue a la vez considerada y creativa. Hubo tanta atención al detalle que hizo que la experiencia fuera perfecta. Perfecto. La decoración, el tipo de música, el VOLUMEN de la música, el servicio, el camarero, el jabón de manos y, por supuesto, la comida. La experiencia fue una lección de historia narrada de la zona a través de la comida. He estado en La Granja 20 veces y he realizado viajes allí, pero aún así aprendí mucho. Todo lo que comimos era de origen local y elaborado en casa. San Ildefonso fue construido como residencia de verano del rey y la reina de España, así que comíamos cosas que ellos comían, al igual que los lugareños, pero con una "mejora". " La cuchara que me comí fue una yema de huevo a la que le quitaron el interior, la rellenaron con crema de cebolla y la coronaron con especias. A partir de ahí se volvió más elaborado. Fue cuidadosamente seleccionado y fue una de las mejores comidas que he tenido. Nos trataron como invitados de honor e incluso nos dieron vino gratis y uno de nuestros platos. El chef, Borja, se sentó y tomó café con nosotros después de la comida y nos explicó su concepto, y el camarero Luis nos dijo que le encantan los clientes como nosotros porque interactuamos con él y pudimos ver que realmente disfrutamos nuestra comida. Espero que en el futuro haya más almuerzos de tres horas como éste. Por favor, come aquí si estás en cualquier lugar cerca de Segovia. ¡Esperamos que pronto sea un restaurante con estrella Michelin y que los precios suban!

El sitio muy bonito los camareros demasiado atentos creo que las personas necesitan un poquito de independencia y comer tranquilos había mucho movimiento