Restaurante Parador de La Granja en Real Sitio de San Ildefonso

Ubicado entre la Real Fábrica de Vidrios y el Palacio Real y sus fuentes. En la Casa de los Infantes que mandó construir Carlos III, con unos espacios interiores a los que dan los corredores de las habitaciones. Un edificio lleno de encanto

Hemos tenido una estancia maravillosa en este Parador. El personal de recepción fue encantador desde el primer momento y en el restaurante nos sentimos super cómodos. Las habitaciones son espectaculares y la comida muy buena. El spa nos ha encantado. Sin duda lo recomiendo muchísimo.

Como clientes habituales de Paradores, este ha sido un descubrimiento encantador. Mantiene el estándar de calidad al que estamos acostumbrados con la cadena, y nuestra experiencia fue muy positiva. • Cocina espectacular: La gastronomía destaca tanto en calidad como en presentación. • Cafetería correcta: Perfecta para un momento de descanso. • Servicio amable: El trato del personal fue excepcional en todo momento. • Limpieza impecable: Las instalaciones estaban en perfecto estado. La política del balneario que no permite el acceso a menores. Si bien entendemos el motivo, esta restricción limita la experiencia para quienes viajamos en familia, ya que los mayores no podemos disfrutar de las instalaciones sin tener dónde dejar a los niños. Es una pena no haber podido aprovechar el circuito termal, los masajes o la piscina. Un Parador que nos ha encantado y al que sin duda volveremos, aunque sería ideal que hubiera opciones más inclusivas para familias. Una experiencia fantástica en general, con ganas de repetir.

Mi marido y yo hemos estado un fin de semama y la estancia ha sido fantástica. Desde la habitación, pasando por la amabilidad de todos los trabajadores y terminando por la cena y el desayuno. Todo muy rico (recomiendo la tarta de queso con calabaza). Nos ha encantado y todos fueron muy amables. Además, el parador es precioso.

Extraordinario. Muy bien . Habitaciónes muy amplias.

La cena es buena. Buena ubicación. El jardín es muy bonito. La habitación también es espaciosa.

Todo inmejorable, no puedo decir más, la cena, el desayuno, la habitación, el edificio precioso... El personal muy amable y atento, tanto los de recepción, como del spa y el restaurante, gracias a todos. Se encuentra al lado del palacio y la fábrica de vidrio, no cogimos el coche en todo el fin de semana.

Destacar la amabilidad del personal y una mención especial a la atención recibida de EVA MARTÍN.

Los cuartos de baño de las habitaciones necesitan un repaso a fondo. Principalmente en los radiadores. Da un aspecto de dejadez bastante notorio. El servicio del restaurante y los salones es muy mejorable. En un evento privado no se sigue ningún tipo de orden de protocolo a hora de servir a los comensales. A pesar de que el personal que nos atendió era bastante joven, considero podría estar debidamente formado en este área. Ocurrió lo mismo cuando acudimos a la cafetería a cenar. En general me ha decepcionado puesto que recordaba un servicio muy diferente en paradores.

La comida estuvo genial. El servicio muy atento, los judiones y el cochinillo muy ricos y el ponche segoviano buenísimo.