Restaurante O Castro en Valdoviño

Teníamos ganas de reencontramos con este conjunto que conforman el restaurante - dentro del edificio principal -, las casas anexas y el entorno natural propio, q podríamos describir perfectamente como un <lugar con encanto>. Arquitectura tradicional de piedra y materiales de aislamiento en un acertado símil madera, q proveen, como ventanales, de luminosidad al interior, lo que, estando el restaurante en una atalaya privilegiada, proporciona unas magníficas vistas...q alcanzan hasta la no distante costa atlántica y más allá. Tomamos un Blanc de Blancs Brut Nature de Codorniú. Bien, familiar en su composición. No había en el apartado de cavas mucho en donde escoger, pues por lo oído no hay demanda. Comenzamos con una sabrosa puntilla de calamar frita, sin excesos d aceite. Crujiente y en su punto. Refrescante y sápido también el salpicón de rape y langostinos, con preeminencia de estos, servido sobre una cama de lechuga en juliana. El tercer plato fue un contundente canelón ( ? ) de porco celta, presentado como una única unidad en el centro del plato, con forma cuadrada. El cerdo estaba cortado en finos filamentos y sobresalía en sabor en relación a la pasta que lo contenía, la cual dejamos en parte. El postre lo disfrutamos degustando una tarta de queso Laviña. Fuerte bouquet y personalidad, lo q nos concilió en la despedida gastronómica, después de lo comentado en el apartado anterior. Hay más platos sugerentes en la carta, lo que sumado a las virtudes del entorno...invita a volver.

Reservamos domingo a las 12h para comer a las 15h y sin ninguna clase de impedimento. Pedimos revuelto de wakame y salpicon de primeros, bacalao a la salsa alioli horneado, pato a la miel y bayas, y un menú infantil para dos niños. Todo, absolutamente todo estaba buenísimo. El trato realmente inmejorable y el ambiente muy acogedor... hasta la gata nos pareció simpática e hizo migas con los niños. Un diez de diez. Volveremos. Muchas gracias.

Muy buen sitio para comer. Comida bastante buena en general. Probamos varias cosas de la carta y todo bastante rico. La atención muy buena . Atentos rápidos y amables. Las vistas inmejorables . Los precios más o menos. Se puede repetir sin dudar

La comida buena pero recibimos un platillo crudo, el cual de inmediato nos cambiaron, todo el personal fue muy amable a excepción de los dueños que pasaron de nosotros en todo el tiempo que estuvimos ahí

Las vieiras estaban geniales, el resto está por debajo del promedio, especialmente por el precio. El pez espada es horrible y el arroz negro no es bueno. La forma en que servían la comida era diabótica. No puedo recomendar.

Ambiente ruidoso en terraza, deberían controlar eso. La comida sin más, tenía las expectativas bastante más altas por recomendaciones, pero me decepcionó. No tenía mal sabor pero tampoco nada fuera de lo normal. La merluza bastante aceptable. La cuenta para 3 personas fueron 125 euros. Sin ir llena. Con lo cuál, salvo que sea estrella michelin, me parece caro. Vistas bonitas si hace buen tiempo.

Emplazamiento espectacular. Fabulosas puntillitas, solomillo tiernísimo y tostas de sardina con tomate negro deliciosas. No acerté al pedir el rape: la salsa de marisco y el rebozado sobran.

Todo increíble! La comida, el sitio y la atención! Recomendadísimo!

De los mejores restaurantes de la zona .buen producto y platos muy elaborados .servicio inmejorable y buenas vistas . Si buscas cocina de la zona y platos diferentes este es tu sitio.

Restaurante con muy buenas vistas de la playa de Pantín. Carta corta, con productos aceptables. Buena atención. Comimos fuera, en una mesa con vistas a la playa. Ubicación de difícil acceso.