Restaurante Montfalcó en Les Oluges

Montfalcó-Murallat es un pueblo pequeño y muy bonito, ideal para una escapada de fin de semana. Se recorre en poco tiempo, pero tiene su encanto. El ambiente es muy tranquilo y el único punto con vida es el restaurante Montfalcó, que es una auténtica delicia. El comedor es amplio, con espacio suficiente entre mesas como para disfrutar de una comida relajada y poder conversar sin ruidos. Nosotros fuimos tres personas y, aunque no hay carta impresa, la camarera nos explicó claramente el menú del día y el precio, así que por nuestra parte, total transparencia. Ese día comí una pata de pulpo a la brasa sobre parmentier de patata y un entrecot, con tarta de Oreo de postre. Todo estaba realmente bueno, como para repetir sin duda si quedara más cerca de casa. El menú de fin de semana costaba 30 €, café aparte. El vino y el agua están incluidos, pero los refrescos van por separado.

El único que hay, pero es muy bueno y de calidad, el servicio es excelente

Buen sitio sobre todo para tapear, comida bien y personal amable

Hemos buscado un restaurante para carne a la brasa por el maps y entre otros ,nos a salido éste a medio camino de nuestro destino. Cuando Hemos llegado al pueblo, no teniamos ni idea de lo que nos ibamos a encontrar. En pueblo en si,es una manzana, super bello de pasear. El restaurante, con su menú diario,es espectacular. Super delicatessen. 24 € el menú del lunes,brasa,calidad y buen ambiente.pocas mesas,buen servicio y buena calidad de comida. Lo recomiendo al 100%

Alta calidad de la materia prima, elaboración exquisita, servicio atento y rápido, y un menú de precio contenido y suficientemente variado. Muy, muy recomendable. Repetiremos

Un restaurante en la montaña perfecto para salir del día a día y también una buena sorpresa para tu pareja recomiendo 100% el lugar

Buena comida a precios razonables.

Enclave precioso, digno de ver. El restaurant muy bonito, acogedor, cálido y muy agradable, un ambiente tranquilo. Y la comida deliciosa. La simpatía y amabilidad la bandera de este restaurante.

Restaurante ubicado estratégicamente en el centro del antiguo pueblo amurallado con una sabrosa cocina tradicional catalana. Totalmente recomendable

Precioso pueblo con un único restaurante donde se come muy bien. Las cosas con las que podría mejorar són los acompañamientos, pedimos u filete de ternera que estaba muy bien hecho y muy tierno, acompañado de unos pimientos de padrón bastante malos y unas patatas fritas aun peores, la segunda cosa a mejorar serían los postres, tienen muchos, pero casi todo pasteles, cuando voy a un restaurante de pueblo me gusta comer cosas de pueblo. Aún así le pongo un cuatro por que el resto de platos estaban exquisitos y el servicio muy atento.