Restaurante Montfalcó en Les Oluges

Muy recomendable, la comida muy rica, calidad precio y el sitio muy .acogedor .

Restaurante totalmente recomendable, ya es la 3 vez que vamos y es todo un acierto. Es cierto que está un poco escondido, pero una vez allí, las vistas y el pequeño pueblo dentro de la muralla, bien valen la pena el paseo. Menú a 20, con varias opciones, sin costes extra. El servicio super simpático y amable. Gracias equipo!! Volveremos😀

Solo se puede decir que no te puedes perder comer en este restaurante.

Menu 30 €. Primero, segundo y postre más agua, vino y pan. Personal muy atento Y comida muy buena. Recomendable!!!

Viajando por eje hemos visto en maps, por falta de reserva no hemos podido comer, comprensible. Volveremos otro día, sitio espectacular y la comida que hemos visto brutal.

Hemos ido en fin de semana y entre semana. El local es superacogedor. Menú muy completo y variado. Racciones suficientes, el entrecot de ternera muy bueno, también los champiñones rellenos, pero lo mejor sin duda, el pulpo con salsa parmentier, sencillamente espectacular. Servicio super atento y rápido. La carta de vinos un poco justa pero suficiente. Quizás el precio en fin de semana es uno para el caro, pero vale la pena. Puede aprovechar para visitar el pueblo después de comer, hay unas vistas geniales de la Segarra.

Lugar impresionante de bonito, camarera excepcional, agradable y simpàtica, te habla lo justo para informar y no molestar, muy buen trato, ràpida y pendiente en todo momento.

Un buen sitio para ir a comer, con un variado menú tanto diario como de fin de semana. Muy buena relación calidad-precio. Íbamos con una persona vegana y nos avisaron de que no eran un restaurante vegano pero que podían hacer un primer plato y un segundo vegano sin escoger, lo cierto es que los platos fueron buenísimos. Les agradecimos el esfuerzo.

Precioso pueblo con un único restaurante donde se come muy bien. Las cosas con las que podría mejorar són los acompañamientos, pedimos u filete de ternera que estaba muy bien hecho y muy tierno, acompañado de unos pimientos de padrón bastante malos y unas patatas fritas aun peores, la segunda cosa a mejorar serían los postres, tienen muchos, pero casi todo pasteles, cuando voy a un restaurante de pueblo me gusta comer cosas de pueblo. Aún así le pongo un cuatro por que el resto de platos estaban exquisitos y el servicio muy atento.

Contexto: Comida espontánea durante un paseo en un encantador entorno amurallado Menú: Menú cerrado a 30€ Primeros platos: • Paella de marisco: Muy bien elaborada, con ingredientes abundantes y un arroz cocido al punto, resultando en un plato sabroso y equilibrado. • Alcachofas con jamón: Buen sabor muy bien cocinadas, con jamón de calidad y una salsita para mojar muy agradable, un plato muy completo, buena presentación, Segundos platos: • Entrecot: Excelente calidad de carne, bien cocinado y en su punto. Sin embargo, el acompañamiento de patatas fritas no aportaba valor al plato; además, estaban frías, por lo que no resultaban necesarias en el contexto del plato. Los pimientos de padrón, aunque algo firmes estaban sabrosos y complementaron bien. • Ternasco al horno: Bien cocinado, con una corteza excelente y buen sabor. Nuevamente, las patatas no aportaban al conjunto y carecían de valor en el plato. Postre: Tarta de queso con nueces y membrillo. Correcta, pero sin destacar. La temperatura semifría restaba sabor al queso. Pan: Bollitos de pan común que no hacían justicia al lugar. Un pan más rústico, idealmente de horno de leña, sería más adecuado y alineado con el entorno histórico. Servicio: Profesional y correcto, manteniendo el control del comedor y apareciendo solo cuando era necesario. La presentación del menú de forma oral le dio un toque nostálgico interesante. Conclusión: Un espacio que vale la pena visitar por su entorno único y la calidad de los platos. Los detalles, como la elección de acompañamientos y la calidad del pan, podrían mejorarse para hacer justicia al restaurante y al entorno histórico del lugar