Restaurante Mantis en Barcelona

Un lugar de diseño muy agradable con comida sabrosa.

La comida estaba muy buena y bien presentada, y el servicio fue regular. El lugar era bastante ruidoso, lo que dificultaba tener una conversación agradable. Pero lo peor es que todos nos fuimos con hambre. Las porciones eran tan pequeñas que tuvimos que comer algo más después. Una pequeña decepción considerando el precio.

Comida muy buena, el servicio muy especial y Sandra amable y cariñosa os recomiendo

Fue todo un placer de disfrutar de unos platos realizados con tanta pasión!!! Atención por parte del personal exquisita.

Mantis es uno de esos restaurantes que demuestra que la autenticidad todavía tiene espacio en una ciudad saturada de fórmulas repetidas. Sin alardes innecesarios, y con una visión clara, han conseguido construir una propuesta gastronómica sólida, con identidad y evolución constante. Ya llevan varios años en pie, y lo más admirable es que no han perdido ni el empuje ni la coherencia por ahora. Su cocina se apoya en el producto local, trabajado con técnica, sensibilidad y con influencias asiáticas sin caer en clichés. Cada pase demuestra intención, oficio y gusto. Actualmente ofrecen dos menús degustación —uno de 7 pasos (55 €) y otro más largo de 11—, pero lo mejor es su flexibilidad: están siempre dispuestos a adaptar el recorrido según las preferencias del comensal. La experiencia en barra es muy recomendable: es ahí donde se percibe de cerca la entrega del equipo, el ritmo de cocina y la precisión de cada montaje. A pesar de la ambición gastronómica, el ambiente sigue siendo informal, cercano, con un servicio atento y una carta de vinos bien escogida. Mantis es el proyecto de dos jóvenes con buena cocina que piensan y sienten lo que hacen. Ojalá sigan así, con la misma honestidad y fuerza. Y ojalá también se les reconozca cada vez más.

De principio a fin, ha sido una experiencia genial. Repetiría sin duda. Comida aparte de buenísimo, sorprendente.

Hacia bastante tiempo que teníamos ganas de venir y la verdad es que ha cumplido todas nuestras expectativas . Detrás de cada plato hay una parte de alma , es decir , esencia, trabajo , dedicación , respeto y amor por lo que se sirve a cada comensal . Hemos disfrutado gratamente ya que pocas veces encuentras proyectos que te transmitan pasión. Les deseo mucha suerte aunque creo que con el trabajo que hay detrás no la necesitan .

Lo siento pero este restaurante no estuvo a la altura de las expectativas. En el menú degustación sólo había un plato realmente delicioso, las berenjenas fritas con arroz meloso. El caldo con la ostra estaba bueno, la ostra era normalito. El postre fue un bocado decente de mango especiado, pero fue solo un bocado. En general, la mayoría de los platos estaban poco condimentados y tenían más concepto que sabor. El atún se sentía totalmente sin condimentar, como un sashimi de atún fino sin aderezo. El wonton a la carbonara fue una gran idea pero necesitaba sal y más ralladura de limón. La ausencia de un menú escrito complicaba la elección de un vino. Hay algunos buenos vinos en la lista, pero cuando preguntamos por el menú para entender con qué íbamos a combinar, nos dijeron que no podían decírnoslo. Preguntamos si era más carne o pescado y nos dijeron que era más carne. Finalmente, el camarero nos consiguió un menú y en realidad era principalmente pescado. Por suerte vimos esto antes de pedir una botella de vino. El vino que sugirió nuestro camarero, un Saint-Joseph blanco, era realmente delicioso, único y coincidía con la descripción que pedí. Si desea un maridaje de vinos, nos dijeron que debe solicitar uno al reservar (un requisito que nunca antes había encontrado). En general, creo que los ingredientes eran de alta calidad y la presentación excelente, pero muchos platos habrían mejorado significativamente si hubieran prestado más atención a los condimentos. Una mejor organización y una mejor atención a los condimentos marcarán una gran diferencia en este restaurante. Añadiré que también me quedé un poco hambriento. Los menús de degustación más ligeros a veces solucionan este problema sirviendo pan. Creo que Mantis tiene potencial pero necesita más atención al condimento.

Comida increíble. Comida creativa, pero no regular en absoluto. Realmente me encanta este lugar. Es un poco caro, pero definitivamente vale la pena.

Salir de un restaurante contento de haber disfrurado de un lugar acojedor un servicio cuidado i profesional i de una gran gastronomia donde cualquier plato es para admirar i degustar pensando que es de lo mejor que has saboreado nunca No se puede negar el amor que ponen en cada bocado