Restaurante MALOCA en Cartagena

Una típica comida de domingo española hace que este lugar no sea tan elegante como parece: no hay ventiladores efectivos para los clientes en la terraza, así que terminamos comiendo en una sauna bajo sus sombrillas. El personal es indiferente y la gerente, a la que tampoco le importa... debería aprender a resolver problemas y sonreír a los clientes que pagan. El plato principal llegó cuando aún estábamos comiendo los entrantes porque dijeron que no había otra opción... cuando habíamos pedido específicamente esperar para el plato principal. Solo nos sirvieron el pescado del plato principal y se olvidaron de las patatas fritas, pero lo pusieron en la cuenta de todos modos. Lo único destacable de esta comida fueron los postres. Pensábamos que sería un restaurante mejor que la media, pero las apariencias engañan.

La verdad que genial todo. Sitio muy chulo si vas al sunset tiene una luz especial.

Comida genial, Brioche de gamba muy rico, servicio muy lento tuvimos que esperar mucho para el plato principal.

Caldero espectacular, vistas al mar menor de lujo y servicio amable y simpatico

Muy buena experiencia y relación calidad/precio. Servicio muy amable y atento pero quizás algo escaso para un viernes noche

Buen sitio vale la pena visitarlo,buena comida,bien,calidad precio

Un sitio estupendo, unas vistas privilegiadas y la comida excelente!

Nuestra boda joven, dinámica y diferente en un rincón mágico de La Manga del Mar Menor Elegir el lugar para celebrar tu boda es una de las decisiones más importantes, y hacerlo a cientos de kilómetros de distancia añade un extra de incertidumbre. Sin embargo, toda duda se fue disipando según fuimos preparando nuestro evento con este restaurante en el Mar Menor. No solo encontramos un sitio espectacular, sino un equipo humano que se adaptó a nuestro sueño, facilitando todo el proceso a pesar de la distancia. Un escenario idílico y versátil: El ambiente de playa era exactamente lo que buscábamos. La posibilidad de dar el "sí, quiero" con los pies en la arena, sintiendo la brisa del mar, es una experiencia que no tiene precio, pero con el respeto y cuidado que merece este entorno natural. Además, la versatilidad del lugar nos permitió disfrutar de diferentes ambientes a lo largo del día (bienvenida, ceremonia, cóctel, banquete, fiesta, atardecer, zona infantil, zona para el grupo de música, ...), creando una experiencia dinámica y a nuestro gusto. Un servicio impecable: Uno de los aspectos más comentados por nuestros invitados, y que nosotros sentimos desde el primer minuto, fue la increíble atención del personal. El gran número de camareros permitió que el servicio fuera fluido, atento y sin esperas, asegurando que todos se sintieran perfectamente atendidos. Recibimos muchísimos halagos hacia ellos, destacando su profesionalidad y amabilidad. En este punto, no podemos dejar de hacer una mención especial a Pepe. Su implicación y su trato fueron fundamentales. Se convirtió en nuestra persona de confianza y se aseguró de que todo fuera como nosotros queríamos, a pesar de que nuestras peticiones eran muy diferentes a las típicas y tradicionales. ¡Gracias, Pepe! Una gastronomía para el recuerdo: Y qué decir de la comida... Si en la prueba del menú ya nos gustó, el día de la boda lo superó. Absolutamente todos los invitados nos felicitaron por la calidad y el sabor de los arroces, el postre de mousse de mango y el salmorejo buenísimo e innovador con la gamba roja y el granizado de uva. En definitiva, si buscas un lugar único, con un equipo profesional y entregado que se preocupe por cada detalle, no podemos más que recomendar este restaurante con los ojos cerrados. Hicieron de nuestra boda un día inolvidable y, cómo es evidente, les estamos muy agradecidos.

Lo primero que te sorprende es su impresionante emplazamiento, simplemente espectacular. Establecimiento muy bien montado, detalles muy trabajados y cuidados. Carta con cocina regional, arroces y pescado donde es difícil decidirse, todo es muy tentador. Comimos un caldero excelente, muy recomendable. Excelente también la carta de vinos. Personal muy atento y profesional. Conviene reservar y se accede en coche, disponen de aparcamiento.

Cada vez peor. El sitio es precioso, pero no es un sitio de hostelería, es un negocio de ganar dinero, y eso se transforma en experiencias cada vez peores. Tiene sentido, está en un sitio único, y posiblemente, hagan lo que hagan, lo van a llenar, por eso no se esfuerzn en mejorar. Y por qué todo esto? lo explico: TODO el persona es nuevo este año. no lo conservan. le pedimos un solo y un cortao a una criatura, que estaba empezando, NI ESO. yo entiendo que hay aprendices, pero para pedirle un café sólo y un cortao, y que se lo diga a "alquien que sepa". Claro, contratar personal experimentado es más caro. Tuvimos un, digamos, desarreglo con la reserva, mesa no preparada, y nos trataron MAL. no entro en detalles. Nos traen la "carta".La carta es un folio. La carta de vinos es otro folio. Que no pasa nada, pero cuando vas a un sitio a gastarte 60/80€ por persona, no son síntomas de calidad. La comida? pues todo 5ª Gamba. croquetas, ensaladillas, buñuelos. NO es producto TOP, no es malo, no es top. Los precios son altos, pero no se corresponden con la calidad. Se corresponden con la ubicación, eso si. Todos los años vamos una vez, recordamos que es un sitio de postureo, donde se come normal, pero que está muy bonito, pero dejamos de ir cuando tenemos estas cosas. Este año lo mismo, hemos ido, NO volveremos a ir, pero con la sensación de que cada vez peor. El sitio no tiene los jardines tan cuidado como otros años, los detalles... En estos sitios o creces o mueres, y están muriendo. El dueño seguirá facturando y ganando una pasta, que es principal objetivo de estos sitios. NO es fidelizar, o ganar una estrella, NO, Una pena