Restaurante Los Naranjos en El Valle

Un sitio increíble, con unas vistas preciosas y una comida buenísima. Un lujazo que sea todo sin gluten y tan buenooo!!

Fuimos toda mi familia para celebrar el cumpleaños de mi madre. Poppy fue la camarera encargada de nuestra mesa la mayoría de la comida. Su servicio fue impecable, siempre atenta y amable, pendiente de que todos estuviésemos contentos, incluso los niños. Mi pareja y yo nos pedimos la hamburguesa vegetariana. Aunque es un sitio especializado en carne, he de decir que la hamburguesa estaba increíblemente rica. Mi familia disfrutó mucho de su comida también. Por poner alguna pega, comimos en el salón de la derecha y el ambiente estaba muy cargado y con mucho ruido. Volveremos a ir, sin duda.

Llevamos más de 10 años viniendo y nos sigue encantando. Es increíble la cantidad de mejoras que han introducido con el paso de los años. La comida es espectacular, con toques únicos. De excelente calidad. Mejor reservar, sobre todo los fines de semana, que suele estar lleno.

Cocina de alta calidad 100% sin gluten.

Una experiencia magnífica de principio a fin. La comida ha sido espectacular, con una presentación cuidada y fuera de lo común que demuestra el mimo con el que trabajan. El servicio muy atento y amable, siempre pendientes de cada detalle. En cuanto al precio, la relación calidad-precio es excelente, realmente sorprendente para el nivel de cocina y atención que ofrecen. Sin duda, ha sido una estancia para recordar: hemos pasado genial… y volveremos. Y volveremos. 👏🍊✨

Un lugar de referencia en el valle para una comida exquisita y un servicio inmejorable

Recomendable calidad,precios,servicio volveremos

Disfrutamos de un almuerzo muy agradable aquí. La comida estaba buena y el servicio fue eficiente y amable. Hemos visitado este restaurante con frecuencia a lo largo de los años y seguiremos haciéndolo mientras mantengan el buen nivel.

El Valle de Lecrín es una joya no demasiado conocida. La ruta del Barranco de la Luna es maravillosa. Comer en Los Naranjos logra que la jornada sea un diez redondo. El restaurante tiene una terraza amplia y amable donde -estaba lleno-, el ruido de los comensales se disperasa y te permite estar tranquilamente. Las vistas al amplio valle, de lo mejor que se puede pedir. Y la comida.. María nos rfecomendo el arroz con bogavante, nos presentaron los bichos y nos los comimos entre una pandilla de ocho amigos. De rechupete. Luego acabamos en la playa con un buen chapuzón. Gracias a Los Naranjos recordaremos este día para siempre.

Es un sitio agradable y con una terraza que cuenta con abundante vegetación, lo que consigue crear una especie de microclima y que allí se esté relativamente fresquito pese a que el termómetro, sólo unos metros más allá, marque los 37 grados. Tiene abundantes ensaldas, pescados y platos para compartir, también un buen y abundante menú para los niños, pero lo que más destaca es la carne (me decanté por un abanico muy bien hecho) y, sobre todo, el postre. Dicen de los postres que ahí los cocineros deben dar el do de pecho, porque se supone que a esas alturas el cliente ya ha comido y lo que quiere es algo para disfrutar, para salir del local con una sonrisa de oreja a oreja. En Los Naranjos lo consiguen con una mousse de cítricos realmente magnífica. Será que en el Valle del Lecrín abundan los limones y las naranjas, seguramente en parte sí, pero después hay que saber qué hacer con eso, y en ese restaurante, sencillamente, lo bordan. Buen sitio, por lo demás, para ir en grupos más o menos grandes, pero que también se presta para comidas más íntimas. De hecho, estoy deseando ir en pareja y por la noche, a ver si se me queda el mismo buen sabor de boca, nunca mejor dicho.