Restaurante Los Donceles en Totana

Personal super atento y amable. La comida expectacular y super rápidos. Ambiente impresionante. Volveremos seguro y lo recomendamos.

•Platos de servicio de comida, ridículos, muy pequeños. •Plato "Jamóncitos de pollo en salsa de almendra" traducido: muslos de pollo cocido, "incomible" No vuelvo más.

Estuvimos el fin de semana pasado, eramos 12 comensales, y la verdad que fue una visita muy gratificante, lo primero que me llamó la atención fue el entorno en el que está ubicado, !!increible!!, la limpieza del local así como de los aseos, totalmente limpios. Para mi opinión particular la limpieza en los restaurante es lo primordial, si además te comes una paella de arroz a la leña, con sarmientos, el arroz en su punto y con ese sabor a leña que es espectacular, muy recomendable. La cerveza como a mi me gusta bien fría, salchicha seca con almendras y embutidos varios muy sabrosos, especial atención al queso curado que venía acompañando a los entrantes, excelente, pedimos una botella de Juan Gil, queso y vino, buena mezcla. Pedimos ensalada al centro, super fresca, con toques de fruta, que le daba a la ensalada un toque diferente y muy agradable. También pedimos un poquito de carne a la brasa, que estaba crujiente y super sabrosa, y para finalizar los postres, súper caseros como los que hacía mi abuela, flan, arroz con leche, etc....deliciosos, acompañado de un buen café solo, para rematar la faena!!, que rico. Calidad precio 100% recomendable, repetiremos sin dudarlo. Nota: el personal muy amable y atento en cada momento, cuidando cada tipo de detalle, para que te sientas como si estuvieras en tu propia casa.

Las raciones estan bastante bien, y la comida esta deliciosa

La experiencia en Los Donceles comienza con una promesa: un entorno encantador en el corazón de Sierra Espuña y un servicio atento desde el momento de llegada. Sin embargo, la ejecución culinaria deja entrever oportunidades de mejora que afectan a la satisfacción final del comensal. Los entrantes, en particular, no están a la altura de las expectativas. Una ensalada servida en un plato de postre transmite una impresión de escasez que resulta desconcertante, considerando el precio del menú. Lo más desafortunado fue la calidad del jamón, un producto que en la región suele ser excepcional. En este caso, presentaba manchas y una textura que sugerían un manejo inadecuado o un almacenamiento prolongado en condiciones inapropiadas, afectando su frescura y sabor. El plato principal, un cordero a la brasa, estuvo a la altura, demostrando que el restaurante es capaz de lograr puntos altos cuando se enfoca en productos y preparaciones tradicionales. No obstante, la experiencia completa se ve mermada por la falta de cuidado en los detalles iniciales. En negocios que operan solo los fines de semana, la excelencia en cada detalle resulta esencial para fidelizar al cliente. Detalles como las raciones pequeñas, si no se compensan con una calidad sobresaliente, desmerecen la propuesta gastronómica. En un entorno tan privilegiado como el de Los Donceles, los estándares deben ser más altos para corresponder al encanto del lugar y justificar el precio. Conclusión: Una experiencia que combina aciertos en el entorno y el servicio, pero que queda lastrada por fallos puntuales en la calidad y presentación de los productos. Con una revisión de detalles esenciales, Los Donceles tiene el potencial para consolidarse como un destino gastronómico de referencia.

Fuimos la semana pasada. Desde el principio nos hicieron sentir como en casa. La comida muy buena, en especial el arroz y la carne a la brasa. Utilizan leña de viña, que le da un sabor magnifico. La ensalada fresquísima y embutido de calidad. No dejéis de pedir el queso curado. El trato fue excelente y además muy limpio todo. Un interesante establecimiento para repetir, sin duda.

Desde el primer momento, el personal se mostró muy atento, asegurándose de que todo estuviera a nuestro gusto. La comida fue sencillamente deliciosa, con sabores bien cuidados. Además, la decoración y el mobiliario destacan por su buen gusto, creando un ambiente acogedor. Lo que realmente me conquistó fueron las vistas: el restaurante está rodeado por el bosque que aporta tranquilidad y belleza al lugar, convirtiéndolo en un rincón perfecto para desconectar. Sin duda, es un espacio confortable y muy bien pensado. El precio es razonable. Pienso volver tantas veces como me sea posible. ¡Muy recomendable!

La comida regular y las cantidades muy pequeñas. Por todo lo demás genial

Paz y tranquilidad del entorno, potenciada por el trato exquisito de empledos y gerencia. Relación calidad precio adecuada. Sorprendente microclima.

Belle découverte petit restaurant sympa personnel très sympathique et convivial ,parler français espagnol et anglais très bon plat à des prix plus que raisonnable nous reviendrons 😀