Restaurante Las Palmeras en Plentzia

He estado comiendo en dos ocasiones. Una, sola, un menú del día por 20 euros, estupendo. Los mejores chipirones que he comido nunca. En la terraza, muy a gusto La segunda, el día 1 de enero. Con mi padre, dentro y a la carta. No pudimos comer mejor. No solo por la comida, deliciosa, si no por el trato: atento, cordial y cercano. Con diferentes detalles que nos hicieron sentir muy a gusto De verdad, la comida, quien la pruebe saldrá encantado. Mucha calidad y saber hacer Pero nos quedamos, por motivos personales ya que eran fechas duras para nosotros, con el trato de todo el personal Un abrazo, volveremos

He ido a celebrar el cumpleaños de mi marido. La verdad es que lo conocí gracias a mis padres. La comida es increíble. Hemos elegido una ensalada de ventresca para compartir y a parte del género, la presentación y elaboración de los platos es de 10. Después hemos compartido pulpo a la brasa con no puedo describirlo, tienes que probarlo. Un espectáculo. Después hemos pedido solomillo con foie y salsa de manzana y pedro ximenez... un acierto. El mejor solomillo con foie que he probado. Postres variados y vinos de calidad. Hemos acompañado todo con Pétalos del Bierzo, exquisito. También puedes ir a tomar un aperitivo, cuando hace bueno, tienen una zona ajardinada muy relajante en la que hemos venido en alguna ocasión con perros. ( se accede subiendo un tramo de escaleras, por si acaso...hay que tenerlo en cuenta) Por lo demás el restaurante es muy cómodo, he comido en los 2 comedores que tienen y se come fenomenal. Si quieres comer de calidad, lo recomiendo al 100%. La camarera, una rubia, es muy maja y atenta y el chico, uno moreno que nos ha atendido muy atento también. Sin duda, un gran equipo, cosa que valoro mucho al ir a comer por ahí.

Inmejorable! El servicio desde que llegas son súper amables y atentos, llamamos para preguntar por opciones vegetarianas y ha sido una sorpresa por lo bien que hemos comido, estaba todo muy muy bueno, volveremos!!!!

La comida espectacular, sin duda la atención y el servicio excelentes.

Acudimos seis personas, con reserva previa a la hora acordada. Ya la mesa reservada era un poco justa. Dos comensales, con la pared pegando al codo y otro con la silla pegando a los de atrás. La comanda fue anotada a tiempo, pero después tardaron 45 minutos en empezar a servirnos. Sacamos tres platos para compartir y uno de ellos era imposible compartirlo entre todos, no nos indicaron que las raciones eran como para dos y tuvimos que pedir otro más (en esta ocasión no tardaron mucho ya que era una ventresca de bonito). El resto, justito pero aprobado. Más bien carito. Adjunto foto de la factura.

Comida a la carta previa reserva, 3 cubiertos. Aperitivo de la casa, se agradece. Ensalada de rúcula, cherrys, burrata, salmón y almendras. Pulpo a la plancha sobre parmentier, salsas alioli de pimentón y ajo negro, patata y puerro paja. Magret de pato. Rape al peso, para dos. Postres, cafés, copas vino y servicio, 195€. La burrata, exquisita. El pulpo, en su punto. El rape, fresco, tierno y jugoso, sin tonterías. Limpieza, buen ambiente, servicio atento y correcto. Recomendable.

No pongo más estrellas porque no hay. Sitio precioso para comer, acogedor. El servicio super personalizado, estuvo pendiente de nosotros todo el rato. Y la comida deliciosa. Todo estaba súper bueno. Volveremos sin duda. Gracias por todo equipo.

La verdad que ha sido toda una sorpresa, hemos reservado porque no encontrábamos sitio. La comida brutal, todo🥰🥰

Ambiente muy agradable. Servicio inmejorable. Precio ajustado a la calidad. 100% recomendable.

Muy bien, aunque no le pongo el 5 por algunos detalles. Ya habíamos estado en 2022 y, la verdad, la calidad es muy buena. De todos modos, las croquetas fueron flojas. Los hongos, bien; la ensalada, normalita. El rape, en cambio, muy bueno, así como el magret y la chuleta. La atención fue muy buena, pero, sin embargo, entre los entrantes y los segundos pasó una eternidad de tiempo, de cerca de hora y media. Se lo comentamos a la dueña, que nos trasladó que era un problema de cocina y que no había ocurrido nunca. Lo profesional habría sido que ella misma se hubiera anticipado y nos hubiera dado una explicación, pero fuimos nosotros quienes tuvimos que levantaros e ir a la barra a quejarnos. Eso sí, nos invitaron en compensación a los postres, que eran exquisitos.