Restaurante las Dunas Playa en Formentera

Genial, pero no perfecto para este precio. Lo increíble: la ubicación. Se encuentra en una hermosa franja de playa. La piscina infinita tiene una vista magnífica. Por la noche, también tuvimos la suerte de ver la Vía Láctea, lo cual fue increíble. Lo bueno: las habitaciones son preciosas y tienen una paleta de colores relajante. El ambiente es muy chic. Lo desigual: la comida es normalita. El desayuno es muy bueno. El almuerzo y la cena son menos buenos y los menús son muy similares. Además, pedimos uno de los especiales y costaba el triple del precio del plato principal promedio del menú. ¡Qué sorpresa pagar 130 euros por un chuletón mediocre! Lo decepcionante: el nivel de servicio fue muy desigual para un resort de esta calidad. Todos fueron muy amables y simpáticos, y muy pacientes con mi hijo de 5 años, que es un poco travieso, así que lo agradecí mucho. Sin embargo, la atención del personal fue pésima. Tuve que levantarme de mi asiento muchísimas veces para pararle la mano a un camarero. Esto no debería pasar en un lugar como este. Y dado lo amable que es el personal, es fácil de solucionar y podría haber cambiado por completo la experiencia. Un detalle a destacar: la playa no forma parte del hotel y no hay servicio ni tumbonas. Hay que pagar aparte a un chiringuito/empresa de tumbonas para acceder a ellas. Además, hay aparcamientos públicos que interrumpen un poco la vista al mar. No es el fin del mundo, pero es algo a tener en cuenta.

Un lugar maravilloso. Caro, sí, pero vale cada centavo por la ubicación, las comodidades y el acceso al mar. Muy recomendable.

Un lugar de en sueño, te encuentras en el mismo paraíso, muy cercano a la playa. Un sitio tranquilo en el que poder relajarse y disfrutar de la tranquilidad de Formentera. El restaurante tiene un servicio excelente, además de unas vistas maravillosas del mar y una comida exquisita. Todo el personal ha sido excelente, en especial resaltar en recepción a María José por su atención y amabilidad y Andrea por ser tan servicial y cercana durante nuestra estancia. Sin duda ha sido una experiencia inolvidable.

¡Me sentí como en el paraíso! Nos lo pasamos genial en Dunes. El personal es muy amable y atento, y la habitación era cómoda, limpia, espaciosa y con vistas al mar. Sin duda, volveremos.

Un hotel precioso y con mucho encanto en una de las mejores playas de Formentera. Joana de recepción fue muy amable y nos ofreció late check out por el horario de nuestro ferry. Volveremos el año que viene sin duda.

Super Laura en recepción, Diego en el restaurante, el chef en la cocina son 5 estrellas

El personal es fantástico de principio a fin. En general, el resort es muy agradable. El restaurante tiene varios buenos menús para elegir... la comida, por supuesto, es cuestión de gustos. La habitación "Junior Suite" es definitivamente demasiado pequeña. Tuvimos que esparcir la ropa por toda la habitación porque no había suficientes estantes. Sitio web de recepción: Nos preparamos a conciencia para este viaje, leyendo toda la información que se espera de un hotel de cinco estrellas. Lo peor: no nos informaron de que es ilegal viajar de Ibiza a Formentera con un coche de alquiler en mayo. Ya habíamos pagado el alquiler... en recepción no quisieron atender nuestra queja.

Magnifica estancia. Muy superior a las expectativas. Excelente servicio de profesionales muy amables. Habitación excelente y bien atendida. Ubicación perfecta junto playa. Una gozada. Volvemos!!

Para aquellos que buscan reconectar con la naturaleza y recargar energías: un lugar mágico, con un servicio impecable y atento, habitaciones refinadas enclavadas entre las dunas y la vegetación, al pie de una idílica playa de arena fina con aguas cristalinas.

Mi marido y yo hemos hecho en una escapada esta semana en busca de descanso y desconexion. Decidirnos por Las Dunas de Formentera ha sido un acierto. La elección monocromática de los colores consiguen integrar las edificaciones creando junto a las increibles vistas un entorno de PAZ. Destacar el equipo humano, su atencion y preocupacion. En particular a Andrea, la persona encargada de acomodarnos, por su trato exquisito y a Diego, en el restaurante, por ser tan cercano. Son las personas las que con su trato cercano y familiar consiguen que la experiencia haya sido tan especial.