Restaurante La Vieja Iruña, España en Pamplona

El menú de fin de semana es estupendo. Mucha cantidad y de gran calidad. Todo increíble de bueno. El mejor sitio de Pamplona tambien para tomar Vermouth sin duda, solo hay que ver la foto. Recomiendo las croquetas, el cardo, el pescado y la torrija.

Buen lugar para tomar pinchos en el centro de Pamplona

Gran variedad de tapas, servicio amable y también pudimos llevar a nuestro perro con nosotros. ¡Gracias!

Cuando nos sentamos nos dicen que hay menú de Navidad (50 euros, un viernes para comer), tiene que ser todos menús o todos carta. Cuando llamamos para reservar (no era nuestra primera opción... ni la sexta)luego entendimos por qué pudimos reservar. No me extraña que la mitad del restaurante estuviera vacío. Hubo quien se sentó en la mesa y se fue. Nos atendieron cuatro camareros, los tres chicos muy bien, pero la chica fatal, pasaba de los comensales, lo malo es que se le notaba. En fin, no creo que repitamos con esos menús carísimos.

Muy buen sitio para comer en San Sebastián. Recomendable

Hemos comido un menú de 26€ (creo que precio navideño) riquísimo, muy bueno el trato, lugar muy agradable y además muy buena cantidad, hemos acabado llenos. Da gusto, la verdad. Repetiremos seguro

Buen menú del día con mucha variedad de primeros y segundos.

Muy caro para lo que es el menú

Una. Experiencia buenisima! Repetiremos eramos un grupo de 16 grande y tanto la comida como el servicio 10.las albondigas de chuletón lo mejor.

Escogimos este restaurante porque estaba entre los mejores en TripAdvisor y una opción nos falló. El menú fin de semana, aunque sea caro, sale muy bien a cuenta. Hay 3 entrantes, que fueron una ensalada con jamón, higos y tomate, en papel no es nada del otro mundo, pero estaba bastante bien para empezar, por descarte fue lo que menos me gustó porque fue un menos a más. Luego llegó un plato presentado de una forma muy curiosa: un pisto de verduras con huevo poché, dentro de un plato que parecía un huevo con un agujero, presentación espectacular y un sabor bastante bueno. Luego llegaron los mejillones, que ya de por sí estaban buenos, con la salsa de almendras que lo elevaba aún más. Los platos son simples pero muy bien ejecutados de manera que no aburren y son interesantes. Luego vinieron los segundos. El chuletón de vaca madurada a la brasa fue genial, muy buena textura crujiente y jugosa, como debe ser, muy disfrutable, sobretodo al punto. Tiene suplemento pero vale la pena, fue lo que más me gustó y merece la pena gastarse más en esto. El rodaballo salvaje también me pareció buenísimo, con textura gelatinosa y muy buen acompañamiento con salsa de gambas y arroz (aunque con bastantes espinas). Finalmente, la tarta de queso no se quedó atrás, cremosísima, y con muy buen sabor a queso manchego, de mis favoritas. Ha sido un acierto. Vale la pena ir. El servicio, bien, aunque el WiFi no funcionaba y era necesario para ver la carta. Pero en cuanto a comida, cero quejas. Todo de alta calidad. Y seguramente este no sea el único restaurante de este nivel por Pamplona.