Restaurante La Ermitaña / Mirador Gastronómico de Toledo en Toledo

Una experiencia inolvidable en La Ermitaña Visitar La Ermitaña fue una auténtica delicia. Ubicado junto a la Ermita del Valle, este restaurante ofrece unas vistas panorámicas impresionantes de Toledo, incluyendo el Alcázar, la Catedral y el río Tajo .  La comida es simplemente exquisita. El servicio fue cálido y atento . La terraza es perfecta para disfrutar de una comida al aire libre con vistas inigualables.  Sin duda, La Ermitaña es un lugar imprescindible para quienes buscan una experiencia gastronómica única en Toledo. ¡Altamente recomendado!

Un final genial para nuestra estancia en España. Este tiene que ser el mejor restaurante con vistas de Toledo. La comida estaba bien hecha: de alta calidad, pero accesible.

Si estás buscando comer con unas vistas espectaculares, este es tu sitio. La comida está bastante buena pero para los precios que manejan es lo mínimo que se puede pedir. Pedimos croquetas, chipirones, el canelón de pollo, milhojas y la crema de pistacho de postre, todo muy bueno a excepción del canelón. Los platos detallados se pagan por unidad a excepción de los chipirones.

La comida es fantástica, el personal muy amable y el entorno espectacular.

Espectacular comida, atención, servicio, vistas y ambiente Por supuesto, volveremos

Vista espectacular, comida aceptable para el precio y servicio que deja que desear, por los precios esperaba un servicio más amable y comida más sabrosa, al final vale la pena la visita por la vista espectacular pero no volveré!

Segunda visita y el listón sigue igual de alto, o más. El ambiente es acogedor y las vistas espectaculares. Un punto que queremos destacar es el servicio, fantástico en todos los aspectos y detalles. Un 10 para ellos, en especial para Andrea, que nos trató maravillosamente y nos supo aconsejar muy acertadamente. El único detalle que podría mejorar, sería el aparcamiento, que en determinadas fechas se hace muy complicado. No es algo fácil de solventar y no depende directamente del establecimiento. Lo indicamos únicamente como consejo útil, para que acudan con tiempo y no desesperen buscando. Lo recomendamos encarecidamente para cualquier acontecimiento y ocasión especial.

Pasamos por aquí por casualidad porque estábamos en un mirador cercano. Nos recibieron con mucha amabilidad y nos dieron una mesa espontáneamente. El ambiente es especial y precioso. El servicio fue maravilloso y la comida, excelente. Quien visite Toledo, debería definitivamente comer aquí y disfrutar de las vistas increíbles de la ciudad.

He estado en varias ocasiones, siempre me ha encantado pero en la última ocasión terminé un poco desencantada. El sitio es increíble, las vistas son preciosas tanto de día, como por la noche con Toledo iluminado, eso nunca defrauda. La comida por lo general está muy buena, y la presentación de los platos no está nada mal. Lo peor fue el servicio, es cierto que fue en un día festivo y quizás la afluencia era mayor, pero nos preguntaron en varias ocasiones lo mismo ya que no lo apuntaban y tardaban muchísimo en servir entre plato y plato, hasta llegaron a equivocarse en los platos que pedimos. Es un sitio que recomiendo visitar pero siempre y cuando no sea en día festivo.

La comida era muy buena, teníamos rodaballo, croquetas, fideuá y algunos platos más, todos bien preparados. También fueron muy serviciales con nuestros hijos durante la cena, lo cual apreciamos mucho. Lo más destacado es la vista a la ciudad. El servicio fue muy correcto y amable. Los precios no eran baratos, pero dadas la vista y la comida, la experiencia fue absolutamente valiosa y memorable. Es mejor reservar con antelación y pedir una ventana con vistas a la ciudad si está disponible. Lo negativo es que aparcar puede ser muy complicado, por lo que es probable que tengas que coger un taxi hasta allí.