Restaurante La Casa del Pregonero en Chinchón

Tomamos un refresco y nos pusieron una tapa de anchoas con patatas fritas de bolsa. Esta en la plaza que es lo mejor. Tiene un restaurante interior muy bonito. No puedo decir mucho más.

Cena agradable. Buenos aperitivos cortesía de la casa. Los buñuelos nada especial , pero las croquetas estaban bien y el cordero y el cochinillo espectaculares.

Estuvimos para cenar un día laborable y el sitio estaba absolutamente vacío, así que nos ofrecieron una mesa en un buen lugar dentro del fantástico salón-patio con que cuenta el restaurante. La velada fue fantástica, fuimos colmados de atenciones desde que llegamos; unos aperitivos de la casa consistentes en sopa de calabaza, paté casero y crujiente de yuca; todo buenísimo; especialmente me sorprendió la sopa de calabaza, ya que no es algo que me guste y sin embargo, me encantó. Para tres personas pedimos una típica sopa de ajo, una emulsión de puches (una especie de gachas reinventadas), y cochinillo en dos versiones: la tradicional, al horno, y la de vanguardia, que presenta el cochinillo deshuesado. Esto lo acompañamos con dos copas de vino de la casa, una cerveza y un refresco. Y ya estabamos llenos, pero había un postre llamado murciélago y no pudimos resistir la tentación de pedir uno para probarlo, y la verdad es que fue el colofón ideal. La estética, fantástica: una tinaja elaborada en azúcar, rellena de fresón y coca cola sobre rocas de chocolate, acompañado de helado de haba tonka y bizcocho de chocolate; toda una sorpresa; una explosión de sabores y frescor en la boca. De la atención, poco que decir, fantástica, al igual que la comida. En resumen, una cena perfecta. Una cuenta de 72 € para tres comensales, que vistos el lugar, el servicio y la calidad de los productos, no nos pareció nada cara. Todo un lujo en Chinchón.

Hemos ido con mi familia, la comida estuvo bien. Algunos platos muy ricos, otros normales. El patio muy agradable. Aunque la atención nos resultó muy agobiante. Muchas personas se acercaban a la mesa todo el tiempo para ofrecer algo, limpiar, quitar platos, etc. Te da la sensación que te están apurando a terminar de comer para desocupar la mesa. Estás comiendo y tienes a una persona mirándote. Se acerca cada 5 minutos a ver si puede sacarte el plato. Por esta experiencia, no volveríamos. Nos resultó muy invasivo. Espero que mejoren en éste sentido. Mi recomendación, es que den el espacio, que en definitiva es íntimo de la mesa y de quienes están comiendo, para disfrutar el momento.

Me ha gustado mucho. Muy agradable y la comida muy buena. Nos hicieron unas recomendaciones muy acertadas

El trato fue espectacular, un servicio muy atento y rápido, la comida de vicio. Que sigan así. Espero volver pronto😊

La parte interior del local es un patio muy bonito, tipo andaluz. Pero si hace calor, se convierte en un invernadero. El Rodaballo muy bueno, hecho al carbón y el cochinillo, espectacular, mejor que en Cándido de Segovia.

La velada fue de más a menos y el trato de los camareros excelente, excepto por el hombre que iba en traje y venía cada dos por tres y que a continuación detallaré el por qué No teníamos reserva, preguntamos al hombre responsable de las reservas y fue un bueno,nos dijo que estaba lleno,pero que había reservado una pareja y que si no cogían el teléfono nos la daría a nosotros. no le respondieron la llamada y la mesa gracias fue para nosotros. La propina de 5€ fue expresamente para él,jamás había conocido a una persona tan fiera Luego nos pedimos el entrante que tenía un premio de 2012 a la mejor tapa y ha sido una de las mejores cosas que he comido nunca, excelente Luego los principales fueron un poco regular,,nos dijeron que era lechal y no lo era y el pimiento estaba un poco soso,eso sumado a que tardaron 30mins en servirnos los platos principales...y aquí es cuando aparece la persona de traje Casi con 35 grados y una persona con traje y camisa larga vino 3 veces a decirnos cosas,las cuales nunca entendimos por lo flojo que hablaba y sumado a la mascarilla de COVID... nosotros asentimos con la cabeza y soltamos una ligera sonrisa sin saber realmente qué quería Luego por las molestias nos regalaron dos cabezas de ajo y unas galletitas muy ricas Precio adaptado a la calidad.

Excelente, sublime. Hasta el consomé y la mantequilla de ajo (invitación de la casa) distintivos y sabrosos. Nada te deja indiferente, todo merece la pena. Excepcional y 100% recomendable 👌🏻😋. Mi más sincera enhorabuena para la Chef Miriam Hernández 🎉🙌

Promete más de lo que luego ofrece. La comida no es mala pero tampoco excelente. Cantidad si pero calidad menos. Croquetas muy buenas pero los medallones de solomillo más bien fríos (no preguntan cómo se quiere la carne) y el puré de acompañamiento duro. Precios del pan y del agua desorbitados.