Restaurante Illeta en Andratx

Un ambiente increíblemente hermoso. El restaurante está ubicado junto al agua y es algo especial. Todos los camareros fueron muy amables, especialmente Nicolás, quien fue muy atento y divertido.

Un lugar precioso, un servicio estupendo, atento pero discreto, comida deliciosa y muy creativa, más allá de los típicos platos españoles. Nos sentamos en primera fila, justo al fondo, frente al agua, y por lo tanto en primera posición. El único inconveniente fue la concurridísima playa de Camp de Mar, por la que hay que caminar, pero eso es inevitable en agosto... Por lo demás, todo fue perfecto. ¡GRACIAS!

Ambiente genial, restaurantes con vistas al agua. Las paellas y los arroces son buenísimos y el servicio muy amable, especialmente Miguel Ángel. Un restaurante genial.

¡El ajillo de camarones está riquísimo! Sin duda, es imprescindible probarlo. La lubina, poco común en Japón, tiene una carne blanca y rica que sorprende por su sabor. La paella tardó un poco en servirse, como en otros restaurantes, así que no tengan prisa (aunque no la probamos). En cuanto al aparcamiento, no se preocupen; hay plazas a cinco minutos andando. Es relativamente fácil aparcar cerca de la rotonda donde empieza la calle de un solo sentido. El atardecer caía sobre la ladera de la montaña, quizá debido a la época del año, pero no pasa nada.

Servicio antipático y desatento

¡Vistas preciosas! Reserva con antelación para asegurarte un sitio. Una playa preciosa junto al restaurante. Fuimos a finales de septiembre. Un clima increíble, poco turismo y buena comida. Los precios son un poco más altos, pero pagas por las vistas, que valen totalmente la pena.

¡La mejor paella de mi vida! ¡Vale cada euro! ¡No olvides reservar! ¡Una experiencia única!

No nos dejaron picar una tarta de cumple años y a pesar de pagar 500€ de cuenta, no nos dieron ni chupitos de cortesía!

Poco que decir de la ubicación y el lugar idílico donde se emplaza Ileta, una islita en medio de la cala maravillosa. Un verdadero lujo poder comer en un lugar así. Nuestra reserva era tarde, sobre las 15:30, este restaurante debe de tener turnos a todas horas. Muy bien atendidos nos sentamos en una mesita frente al mar, teníamos claro lo que queríamos una picaeta al medio. Nos apetecía una ensalada que refrescara un caluroso día de mayo, pero incomprensiblemente no tenían una ensalada fresquita. Marchanos un calamares y chipirones, muy buenos, no estaban del todo calientes que deberían estar si hubieran sido recién hechos, pero estaban muy bien fritos. Pedimos también el pan con ali i oli, un puntazo también El arroz estaba muy bueno, muy abundante en cantidad, éramos siete chicos con hambre y sobre todo me gustó la cantidad de gambas y de carabineros que llevaba, muy bueno. El punto del arroz estaba muy bueno, pero no estaba rematado al nivel de la localización. La atención, la ubicación, el servicio te hacen disfrutar de una comida increíble. El precio acorde a las vistas, en torno a 70 euros por persona.

Fui por la puesta del sol, que decían que el paisaje era lindo, creo que está sobrevalorado. Lo más destacado es el personal, maravilloso, la comida excelente rica y de calidad. Lo único que no me gustó fueron las bebidas, el vino me lo trajeron servido, me dijeron que era Rioja y punto, por 9€ me pareció desproporcionado, porque NO era bueno.