Restaurante Elkano en Getaria

Excelente experiencia. Volvería siempre. La cordialidad de todo el personal y de su dueño fue muy cálida

No hay palabras para describir la experiencia en lo de Aytor! Gracias; por tanto!!!

Elkano no es solo un restaurante, es un templo del marisco. Cada plato se siente sagrado, preparado con un respeto y una maestría que roza el ritual. El rodaballo es simplemente inolvidable, la perfección que define la cocina vasca en su máxima expresión. Cenar aquí es una lección de pureza, pasión y sabor atemporal.

Pedimos el menú degustación. Todo lo que comimos, excepto la sopa, estaba excelente; lo disfrutamos muchísimo. Diría que la sopa era diferente, pero no diría que estaba mala. El helado de queso fue el broche de oro perfecto. El servicio se merece 10 estrellas, no 5.

Disfrutamos de una comida estupenda para 4 (garganta de bacalao de 2 maneras, rodaballo y langosta) y 4 botellas de buen vino. Tuvimos un problema con la reserva, ya que coincidió con uno de los fines de semana locales más concurridos del año (final de la regata de remo en San Sebastián), pero los dueños y el personal fueron muy amables y atentos. Sabemos que no es fácil conseguir una reserva, pero sigan intentándolo, ¡merece la pena!

¡Una joya, deliciosa en todos sus aspectos!

¡Una joya, deliciosa en todos sus aspectos!

Elkano no es solo un restaurante, es una experiencia que rinde homenaje tanto al mar como al fuego. Galardonado con una estrella Michelin y clasificado entre los 50 mejores restaurantes del mundo, mantiene una profunda conexión con la tradición pesquera de Getaria. La comida comenzó, engañosamente humilde, con una sopa de pescado clara. A primera vista parece ligera y sencilla, pero su sabor es intenso, terroso, casi carnoso gracias a la base de pescado carbonizado. Limpio y potente, el abre-paladar perfecto. Pero la verdadera estrella es el rodaballo entero, asado a la brasa y presentado pieza por pieza. Elkano te enseña a saborear el pescado como un mapa: desde los delicados lomos hasta la sedosa ventresca, la rica collera, la piel gelatinosa y las aletas, e incluso los tesoros ocultos como la papada y el tuétano. Cada bocado tiene su propia personalidad. Delicado, sabroso o intensamente marino. No se trata solo de comer pescado, sino de aprender a apreciar el animal en su totalidad. Y justo cuando crees que la historia ha terminado, llega el postre. El coulant de avellanas fue una maravilla completamente inesperada. Rebosante, con un profundo sabor a nuez, perfectamente equilibrado con escamas de sal. Sinceramente, el mejor postre que he probado este año, y sin duda uno de mis cinco favoritos de todos los tiempos. (Sí, pedí una segunda vez). El servicio es cálido, experto y te guía a través de la experiencia sin pretensiones. El entorno en el pequeño pueblo pesquero de Getaria, cuna de Juan Sebastián Elcano, no hace más que acentuar la sensación de historia y tradición. Elkano merece cada visita. Es un restaurante que redefine la forma de entender el pescado, y una de las comidas más memorables que he probado.

Elkano no es solo un restaurante, es una experiencia que rinde homenaje tanto al mar como al fuego. Galardonado con una estrella Michelin y clasificado entre los 50 mejores restaurantes del mundo, mantiene una profunda conexión con la tradición pesquera de Getaria. La comida comenzó, engañosamente humilde, con una sopa de pescado clara. A primera vista parece ligera y sencilla, pero su sabor es intenso, terroso, casi carnoso gracias a la base de pescado carbonizado. Limpio y potente, el abre-paladar perfecto. Pero la verdadera estrella es el rodaballo entero, asado a la brasa y presentado pieza por pieza. Elkano te enseña a saborear el pescado como un mapa: desde los delicados lomos hasta la sedosa ventresca, la rica collera, la piel gelatinosa y las aletas, e incluso los tesoros ocultos como la papada y el tuétano. Cada bocado tiene su propia personalidad. Delicado, sabroso o intensamente marino. No se trata solo de comer pescado, sino de aprender a apreciar el animal en su totalidad. Y justo cuando crees que la historia ha terminado, llega el postre. El coulant de avellanas fue una maravilla completamente inesperada. Rebosante, con un profundo sabor a nuez, perfectamente equilibrado con escamas de sal. Sinceramente, el mejor postre que he probado este año, y sin duda uno de mis cinco favoritos de todos los tiempos. (Sí, pedí una segunda vez). El servicio es cálido, experto y te guía a través de la experiencia sin pretensiones. El entorno en el pequeño pueblo pesquero de Getaria, cuna de Juan Sebastián Elcano, no hace más que acentuar la sensación de historia y tradición. Elkano merece cada visita. Es un restaurante que redefine la forma de entender el pescado, y una de las comidas más memorables que he probado.

Increíble experiencia en Elkano. El rodaballo a la parrilla estaba perfecto: piel crujiente, carne jugosa y sabor profundo a brasa. Servicio atento y ritmo de cocina impecable. Volvería sin dudar.