Restaurante El Trabuquete en Guijo de Santa Bárbara

Buena comida, buenas vistas, muy buena atención

Un lugar con alma, sabor y mucha humanidad Una joya de restaurante. Desde el primer momento el trato fue maravilloso: cercano, auténtico y lleno de buena vibra. Ruth, la dueña, es una persona increíble: abierta, consciente, con una mirada crítica del mundo y una calidez que se nota desde el primer saludo. Lo mismo el camarero, que fue súper amable y atento en todo momento. Gente real, con personalidad y una forma de hacer las cosas que rompe con lo establecido y eso se agradece. Y la comida… simplemente espectacular. Platos llenos de sabor, hechos con amor y con identidad propia. Se nota que aquí no se cocina en serie: se cocina con intención. Todo en un ambiente acogedor, libre y diferente. Un sitio al que volver, no solo por lo que se come, sino por lo que se vive. ¡Gracias, Ruth, por este rincón tan especial! Un beso de Cassandra y compañía ❤️

Fuimos a cenar y no pudimos en la terraza por el tema de los incendios, por lo que comimos en el comedor. La única pega el calor que hacía, pero el trato súper bueno y la comida muy rica también

Un lugar pintoresco con una buena cocina

Comimos en una mesa de la terraza con unas vistas impresionantes. La comida de 10, sus patatas revolconas, su caldereta de cordero, el cochifrito y el postre de torta de casar, para dos, fue más que suficiente. Atención ágil, servicio muy organizado. Agradecer a su dueña la amabilidad y cercanía con la que nos facilitó la reserva para el mismo día. Si vais a estar varios días en el pueblo os recomiendo reservar con tiempo, nosotros tuvimos mucha suerte. Lo mejor del Guijo de Santabárbara!

Lugar muy agradable, si tienes suerte de comer en la terraza las vistas son de 10. En cuanto a la comida, estuvo todo muy bueno y muy buena relación calidad precio, pero sobretodo la simpatía y amabilidad de los camareros, se agradece un trato así. Volveremos

La comida muy rica. El camarero un encanto y se esmeraba por hacernos la experiencia agradable a pesar de la tremenda demora de la cocina, no habiendo demasiada gente; algo que no entendimos.

Si vas a El Guijo De Santa Barbara no dejes de visitarlo. Llegamos sin reserva y nos atendieron amablemente, pese a tenerlo casi todo ya reservado, cosa que se agradece cuando la visita es una sorpresa para tus acompañantes. Las migas muy buenas, el secreto en su punto y muy bien de sabor, los postres espectaculares. Trato muy correcto y amable, vistas magníficas. Un acierto seguro, como lo es el pueblo.

No entras en El Trabuquete: te acoge. Su fachada de piedra habla el idioma del pueblo, y sus mesas, de madera noble, parecen saber historias. Pero lo que de verdad habla es el aroma. Una sinfonía de caldereta de cordero, migas como las de antes (pero mejor que las de antes), pimentón de la Vera legítimo, y una carta de vinos que no acompaña —sublima. Tienen platos que deberían estar en el Museo del Prado, como el flan casero: si Dios bajara a la Tierra, lo pediría con nata El servicio es atento, ágil y, sobre todo, humano. Si la comida tuviera alma, viviría en El Trabuquete. Este rincón de Cáceres es un homenaje al sabor auténtico, al cabrito bien hecho, a las migas que curan el alma y al pimentón que habla con acento extremeño. Cada plato es un poema serrano, servido con una sonrisa que no se finge. El entorno es de postal: montaña, aire puro y silencio. Aquí se viene a comer… y se acaba quedando uno a vivir en el recuerdo. Si pasas por Guijo y no paras en El Trabuquete, no estuviste. Y si pruebas su cocina, querrás volver aunque tengas que cruzar media España.

Un pequeño restaurante con una terraza con unas vistas fantásticas. La atención de los dueños excepcional Destacan las migas. Buen lugar para comer o tomar algo después de hacer la ruta del Trabuquete.