Restaurante El Eligio en Vigo

Un buen sitio para comer carta no muy extensa pero todo delicioso

Pura clase. Un pequeño callejón en la calle principal donde cenan artistas y figuras influyentes de la ciudad. Las paredes están decoradas con pinturas originales de lugareños, cuyo arte también se puede encontrar en museos de Madrid o Berlín. El menú es el mismo que el de casi cualquier restaurante gallego de la ciudad y encarna las mismas virtudes del marisco ultrafresco. Es necesario reservar.

En pleno casco viejo de Vigo, en la discreta pero entrañable Travesía da Aurora nº4, se encuentra Taberna Eligio, un establecimiento centenario que lleva más de cien años preservando la esencia de la gastronomía gallega. Fundada en 1920, esta taberna es uno de esos lugares donde el tiempo parece fluir a otro ritmo, con un ambiente que combina historia, tradición y un innegable encanto popular. Hay bares con más vidas que un budista. Y los hay, además, con mucha vida interior. Eso es lo que le sucede al Eligio, cuyo espíritu tabernario ha atravesado dos siglos gustando por igual a los paisanos del Vigo de los años 20 del siglo XX y a los de los años 20 del XXI. Todo ello, casi sin cambiar un cuadro de sitio ni sustituir el pulpo con cachelos por bocados de salmón marinado con pan bao. A lo largo de su trayectoria, Eligio ha sido refugio habitual de figuras culturales como Álvaro Cunqueiro o Domingo Villar, que inmortalizó la taberna en sus novelas. Basta cruzar la puerta para comprender por qué: el local tiene ese aire cálido, cercano y literario que invita a conversar sin prisa, a observar, a quedarse un rato más del previsto. Para nosotros, Eligio forma ya parte de un pequeño ritual familiar. Desde que nuestra hija pequeña estudia en Vigo, los viajes desde A Coruña —rival futbolística, pero cómplice en alma atlántica— se han vuelto frecuentes, y casi siempre que venimos hacemos una parada aquí. Es una tradición que se ha ido consolidando: tras ver a nuestra hija, una comida en Eligio que sabe a hogar, a Galicia y a reencuentro. Durante nuestra última visita, preguntamos por unas placas con nombres que adornan la barra. Con la cercanía que caracteriza al personal, nos explicaron que se trata de un reconocimiento a los clientes más fieles, aquellos que han formado parte de la historia cotidiana del local visitándolo una y otra vez. Un detalle precioso que resume la filosofía de la taberna: un lugar donde el cliente no es un número, sino parte de una comunidad. En una zona estratégicamente bien situada de Vigo, el poso cultural sigue atrayendo a cientos de personas que quieren descubrir el bar en el que el detective Leo Caldas, protagonista de las novelas de Domingo Villar, acude a tomarse un respiro de sus pesquisas criminalísticas, y averiguar en qué esquina de la barra se acoda y en qué mesa se alimenta. Pero no solo anda por allí el espíritu del taciturno personaje, sino también el del propio autor vigués. La atención del personal es otro de sus grandes valores: cercana, amable, profesional y con ese punto de familiaridad que hace que uno se sienta cómodo desde el primer minuto. Eso sí, como es habitual en los buenos locales, durante los fines de semana puede llenarse con rapidez, por lo que es recomendable reservar con antelación. En la cocina, Eligio se mantiene fiel a la tradición marinera. De todo aquello se conserva casi todo: la cocina tradicional se traduce en comida casera con una carta breve pero que contiene lo esencial de la gastronomía gallega: pulpo, calamares, xoubas rebozadas, empanadas, croques, navajas, croquetas, zamburiñas a la plancha, mejillones, gambas, chocos en su tinta, chinchos en escabeche… Cada plato refleja una cocina honesta, sin artificios, guiada por la calidad y el respeto por el producto local. La Guía Repsol ha reconocido a Taberna Eligio con un “Solete”, una distinción que premia precisamente esos lugares auténticos, acogedores y llenos de alma que se convierten en referencia para locales y visitantes. En definitiva, Taberna Eligio es un rincón imprescindible para quienes deseen disfrutar de la gastronomía gallega en su versión más auténtica y humana. Un espacio donde se mezcla la historia con el presente, la tradición con el sabor y, en nuestro caso, la gastronomía con el cariño de nuestras visitas familiares. Un lugar al que siempre apetece volver.

La comida muy buena, cantidades escasas.

El servicio bien por parte de todo el personal. El ambiente bien. Calidad-precio, bien. Los mejillones en escabeche estaban ricos. Las croquetas tirando a regular, poco cremosas y bastante sabor a bechamel. Los choquitos con arroz estaban muy ricos. La tarta de la abuela bien. Los precios de la comida, en general, bien. De la bebida un poco caros, sobre todo los vinos.

🦬5Y1.: 572👁, a Hoy 🦬551.: 420👁 ~~~ 🇪🇸😽 '200223d: In illo Témpore.. En los años 50 dl pasado Siglo, los Domingos, "íbamos a Vigo", (ahora se va al "Centro") en el Tranvía n° 5 ó 9, dsd Tomás A. Alonso (Coya d Abajo), mi Padre y yo. Él al Taller, en La Ribera (El Berbés), al tema d papeles, y yo a q me comprara el Tebeo dl "Guerrero dl Antifaz" o el "Roberto Alcázar y Pedrín". A las 12h a la Misa d la Colegiata, en el Exterior (Iglesia llena), y luego al "Eligio". Allí se reunían, alrededor d una "Chiquita", dl Condado o dl Ribeiro, "Enriba d'unha Pipa do Viño", varios Amigos, y hablaban d lo mal q iba el Celta, de si llovía mucho o poco, d lo Caro q se ponía la Vida, q el Pescado estaba x las Nubes, y d la Carne, ni hablamos. No se hablaba d Política, ya q no había TEMA. Y, a la salida, y si no estaba d mal humor, me compraba el Tebeo y Él, el ABC, q ya había llegado. Han pasado más d 60 años, y no he vuelto x allí, al vivir 35 años fuera d Galicia; y ahora fuera dl Centro. Tiempos Aquéllos; Aquellos Tiempos... 🐱

Excelente comida, vino magnífico y un servicio estupendo.

🦬5Y1.: 572👁, a Hoy 🦬551.: 420👁 ~~~ 🇪🇸😽 '200223d: In illo Témpore.. En los años 50 dl pasado Siglo, los Domingos, "íbamos a Vigo", (ahora se va al "Centro") en el Tranvía n° 5 ó 9, dsd Tomás A. Alonso (Coya d Abajo), mi Padre y yo. Él al Taller, en La Ribera (El Berbés), al tema d papeles, y yo a q me comprara el Tebeo dl "Guerrero dl Antifaz" o el "Roberto Alcázar y Pedrín". A las 12h a la Misa d la Colegiata, en el Exterior (Iglesia llena), y luego al "Eligio". Allí se reunían, alrededor d una "Chiquita", dl Condado o dl Ribeiro, "Enriba d'unha Pipa do Viño", varios Amigos, y hablaban d lo mal q iba el Celta, de si llovía mucho o poco, d lo Caro q se ponía la Vida, q el Pescado estaba x las Nubes, y d la Carne, ni hablamos. No se hablaba d Política, ya q no había TEMA. Y, a la salida, y si no estaba d mal humor, me compraba el Tebeo y Él, el ABC, q ya había llegado. Han pasado más d 60 años, y no he vuelto x allí, al vivir 35 años fuera d Galicia; y ahora fuera dl Centro. Tiempos Aquéllos; Aquellos Tiempos... 🐱

Fuimos a picar algo para luego ir al cine ,la empanada de sardinas muy buena y los mejillones en escabeche espectaculares,buen pan y buen servicio a pesar de que había mucha gente

Preciosa taberna ancestral en el centro de vigo con servicio y trato muy profesional y lo mejor es que pidas lo que pidas va estar buenísimo, esta vez hemos comido: pulpo, chipirones, ensalada de ventresca, xoubas, cañitas rellenas y mouse de chocolate, todo muy bueno, incluso el pincho de cortesía (fideos con luras) buenisimo, yo soy asiduo y nunca falla, si pasas por vigo no dejes de visitarlo. Calidad-cantidad-precio muy bien.