Restaurante El Divino en Orihuela

Cocina elaborada y sorprendente . Muy diferente a otros lugares. Personal muy cercano y amable. 100% recomendable

El Divino, en Orihuela, es un pequeño rincón con mucho encanto. Aunque el local no es muy grande, ofrece un ambiente acogedor y cuidado que invita a disfrutar de la experiencia. La comida es realmente deliciosa, con platos preparados con mimo y una calidad que sorprende desde el primer bocado. Además, el servicio es excepcional: el personal es atento, amable y siempre dispuesto a recomendar y hacer que te sientas como en casa. Sin duda, un lugar al que merece la pena volver.

La comida es de gran calidad, la atención del personal de 10 y el ambiente muy agradable.

Todo estaba buenísimo, la presentación de los platos, estupenda, la atención fue excelente y estuvimos muy agusto celebrando cumpleaños en familia. Volveremos pronto.

Una experiencia gastronómica excelente!!! Para repetir en breve!!!

Grata sorpresa. En primer lugar está en una zona donde es fácil aparcar, cosa que en Orihuela ya es un punto a favor importante. Lo que más destacaría es que, en tiempos en que los restaurantes eligen claramente entre producto o elaboración, aquí encuentras un magnífico producto con elaboraciones muy trabajadas en una carta en la que no te pierdes y que tiene mucha coherencia. Si no lo conoces previamente, déjate aconsejar, merece la pena. En cuanto al servicio, muy bien atendidos, bastante personal (y muy preparado) para el espacio que manejan, amables y en todo momento dispuestos de buen grado a explicar cualquier plato. En sala en todo momento ha estado el que luego hemos sabido que era el dueño del negocio... Puntazo a su favor pq tener de jefe de sala al responsable siempre es garantía de que todo funcione, además, muy amable y accesible. Precio: no es barato para la oferta del entorno, pero creo firmemente que la relación calidad precio es fenomenal, el producto y la elaboración hay que pagarla. En resumen, primera visita, espero volver, la carta da margen para repetir los grandes aciertos y varias "promesas" que dejamos pendientes.

Reservamos para comer sábado a medio día, nos pusieron una mesa de terraza con sillas de terraza, pegada contra la barra con personas al lado. Algo incómodo y más esperando que era un restaurante con clase. La comida muy rica, vinos un poco fríos de más, pero buena carta de vinos a buen precio. 2 detalles bastante feos, fue que el plato de huevos rotos con gamba roja lo prepararan en la mesa y en la nuestra no. Y el tiramisú tampoco lo prepararon en la mesa. Con el ticket que pagas sin errores que no se deben tener.

Segunda vez que cenamos,todo buenísimo 🥰,el servicio estupendo,la mavilidad y la atención de Juan y de la chica inmejorable.

Dice mi hija, que para que ir a un restaurante si comes lo mismo, que se pueda cocinar en casa, que se paga cuando lo que te ofrecen, no puedes o no sabes hacerlo. Pues este restaurante, no es solo que lo que hacen es único ( me refiero por lo menos a todo lo que nosotros probamos) sino que además se caracteriza por la dificultad en la elaboracion y por la frescura / delicadeza que tratan el producto. Y fijate te sientes como en casa gracias a Juan y su equipo. Gracias por todo.

Comida muy rica y fresca. Servicio rápido, postres buenísimos. Sin duda volveré.