Restaurante El Castrejón en Cebreros

Todo perfecto. Jesús siempre al detalle. Manuela trato profesional y exquisito. Hemos ido en repetidas ocasiones para degustar las excelentes carnes y verduras de temporada. Postres sublimes. Recomendable al 100 x 100. Es un verdadero placer comer allí sintiéndote como en casa.

Fuimos al restaurante y nos trataron muy bien. La comida buenísima. Recomendaría probar la carne sobre todo.

Hola , en este lugar siempre me ha parecido genial, el trato que me han dado , es muy bueno , Cada uno personal valora el trato , Yo por mi esperanza, nunca he tenido mal trato, siempre que puedo lo recomiendo a todo el que me pregunta . Gracias, al hotel restaurante por su atención, con migo . Saludos

Un fin de semana muy tranquilo en Cebreros en el hotel El castrejon súper acogedor, todo limpio y organizado. Las camas muy cómodas con un clima ideal. El restaurante lo máximo, la comida exquisita con una carne ideal, pero la puntuación máxima se la lleva la atención de su dueño Jesús y su equipo una atención excepcional! Mil gracias por su trato 🥰😘

En el corazón de Cebreros, el Hotel restaurante El Castrejón destaca no solo por su encanto tradicional y acogedor, sino también por su propuesta culinaria, que ha resultado ser una experiencia excepcional en todos los sentidos. El personal es muy educado,profesional atento y amable y demuestra un conocimiento profundo del menú, haciendo sugerencias que reflejan tanto el orgullo por su cocina como la dedicación al comensal. El desfile de sabores inició con una ensalada de canónigos con beacon, foie, naranja, kiwi y manzana, un plato que sorprende por su equilibrio y frescura. La combinación de lo dulce y lo salado alcanza aquí una armonía sublime, mientras que la textura cremosa del foie eleva cada bocado a un nivel gourmet. El plato principal fue un cochifrito lechal, y no hay palabras que le hagan justicia. La carne, jugosa y tierna, se deshacía en la boca, mientras que el punto exacto de fritura lograba ese contraste irresistible entre lo crujiente y lo meloso. Un auténtico manjar que refleja el respeto por la tradición y la calidad del producto. Como acompañamiento, las revolconas con huevos de codorniz fueron un acierto. La intensidad de las patatas y el toque de las yemas de codorniz aportaron un contrapunto rústico y reconfortante, consolidando el carácter auténtico de la propuesta gastronómica del lugar. El broche de oro lo puso el postre casero: una tarta de cuajada que bien merece un capítulo aparte. De textura sedosa y sabor delicado, logró cerrar la comida con una nota de sofisticación y dulzura que quedará grabada en la memoria. El Hotel El Castrejón ha demostrado ser más que un restaurante; es un templo para los amantes de la buena mesa, donde la tradición se encuentra con la creatividad, y el servicio impecable realza cada detalle. Una experiencia que no solo recomendamos, sino que anhelamos repetir.

Solo puedo opinar del restaurante. Cocina tradicional pero ninguno de los platos fueron muy reseñables. El cochinillo más que tostado más bien rozaba lo quemado. El servicio en cambio estupendo. Pese al volumen de gente, fuimos muy bien atendidos. Muy amables

La comida está bien y la atención, simpatía y servicio de lujo a pesar de estar lleno.

Comida en familia, restaurante bastante grande, la carta muy variada y el personal muy agradable.

Llegamos sin reserva (nos falló el plan inicial) y a pesar de estar a tope (150comensales) nos prepararon un buen lugar en la terraza y nos atendieron con cuidado y buen ritmo. La comida: la propia de la zona, con buenos productos de proximidad y muy bien tratados. Un ejemplo: un cuchifrito muy crujiente por fuera y jugoso por dentro.

Terraza muy agradable, bien atendido y con platos muy ricos a buen precio. Entre 3 comensales compartimos 4 platos con cervezas y salimos a 26 € cada uno. Patatas revolconas, huevos con picadillo, parrillada de verdura y la ensalada de rúcula y burrata. Todo muy rico. Tardan mucho en atendernos, pero nos lo habían avisado antes de sentarnos de que tenían mucho retraso en la cocina. Esto es de agradecer frente a los que no te dicen nada. Avisando que va a haber retraso tú decides y si te quedas lo tienes que asumir. Incluso siendo así, nos invitan a los cafés por la espera.