Restaurante Dos Reis en Santiago de Compostela

Un lugar de ensueño!! Si van a Santiago, no dejen de visitarlo. Vale (y mucho). El ambiente tiene tanta calidez que envuelve y te transporta a lo mejor de Galicia. Los platos son soberbios. Recomiendo el Ibérico de bellota, de entrante; la lubina, el chuletón con papas; y (especialmente) y el cordero a las brasas (de principales). De postre, les sugiero la tarta de Santiago con helado, y el helado de queso. Y si los atiende JUAN FARIÑA, la experiencia será COMPLETA (pidan por él). Gentileza (como la de antes), amabilidad fuera de lo común, y profesionalismo. Un 10 en aplausos de pie!!! ❤️❤️

Buena atención y buena comida. Ideal para cerrar el viaje del camino junto a los peregrinos. También muy lindo el edificio antiguo

Este restaurante de alta gama se encuentra en el sótano del Parador (la cafetería y el desayuno están en la planta baja). Fue reformado a partir de una antigua cuadra de hospital, creando un ambiente maravilloso. Había música de piano en directo y, a pesar de ser entre semana, estaba casi lleno. Como cada plato era abundante, cuatro adultos y un niño pidieron cuatro entrantes a la carta y cada uno pidió un plato principal. El menú a la carta consistía en diez croquetas, ocho vieiras, un plato de berenjena marinada y atún, y una ensalada de aguacate. De plato principal, pedí ternera. (Como el entrante también era una croqueta, habría sido aún mejor si me lo hubieran dicho al pedir a la carta). Elegimos pan blando (pan de pasas) o pan duro (pan gallego). Fue un momento maravilloso cenando con dos familias a las que hacía tiempo que no veía, y mis nietos, a quienes hacía un año que no veía.

Muuy bonito! Excelente servicio y comida!

Un lugar con historia y elegancia, donde cada plato es una obra de arte. Sabores gallegos elevados con técnica y respeto al producto. Servicio impecable en un entorno único frente a la Praza do Obradoiro.

El menú degustación es suficiente para los peregrinos que han terminado el Camino. La comida es deliciosa. Un restaurante emblemático y genial.

Nuestra visita a este restaurante, ubicado en el sótano de un digno hotel de 5 estrellas, comenzó con un ambiente impresionante. El descenso a las hermosas murallas antiguas fue impresionante y prometió una experiencia culinaria especial. Desafortunadamente, el servicio no pudo estar a la altura del esplendor del hotel. Los camareros sólo parecían algo amables, lo cual fue un poco decepcionante para un hotel de esta categoría. Sin embargo, los entrantes elegidos –pulpo y vieiras– eran de excelente calidad y muy sabrosos. Desgraciadamente, durante el plato principal descubrimos que la ternera estaba dura, lo que estropeó un poco el panorama positivo. En general, tuvimos una buena comida, pero en nuestra opinión el restaurante no alcanza el nivel que se esperaría de un establecimiento de 5 estrellas. Aunque el ambiente es excelente, el servicio y la preparación de los platos individuales son mejorables.

Cenar en el restaurante Dos Reis es una experiencia que vale muchísimo la pena: la localización ( espectacular), piano en directo, y el trato inmejorable. Las raciones son muy generosas ( no pudimos acabar los platos). Volveremos

Gracias Juan, gracias por haberme atendido todos estos años...por acordarte de la mesa donde me sentaba..siempre es muy agradable volver a sitios tan conquistadores, sitios con alma, como vuestro restaurante, y si ademas coincides con los camareros que te atendieron hace años porque siguen ahí...aun se vuelve mas magico...es tan dificil hoy en dia esto...agradecida Juan, cuídate, espero que volvamos a coincidir muy pronto.

El lugar es increíble, literalmente una cueva modernizada. El servicio fue amable y atento. Comenzamos con entremeses de cortesía. Mi novia no come pescado y el plato eran camarones empanizados; en mi opinión, deberían preguntar sobre alergias o intolerancias alimentarias antes de servir. Para empezar pedimos sopa gallega (increíble), ensalada de lentejas (también espectacular) y media ración de croquetas de jamón y queso (que estaban muy buenas pero no destacables). Como plato principal, yo pedí el corte de jamón ibérico (que era cerdo) y mi novia pidió ternera. Ambos platos estaban perfectamente preparados. Algunas críticas al plato principal: el mío no venía con guarnición, solo cerdo, mermelada y cebolla; y el pedido de mi novia era incorrecto, ya que hay dos platos de ternera y el camarero sin darse cuenta la malinterpretó. Por último, el restaurante cobra 2,30€ por persona por el pan y el aceite de oliva, que no tomamos. Tenían un vino tinto de la casa delicioso y a un precio razonable (aproximadamente 23 €), que recomiendo encarecidamente. En general, vale la pena visitarlo cuando esté en Santiago y celebre una ocasión especial, aprobado.