Restaurante Cumbres Canarias en Las Palmas de Gran Canaria

Probamos su escalope de ternera que nos habían recomendado y salimos un poco decepcionados. No es malo pero tampoco el mejor. La atención en finde es a tope y mejor que reserves o vayas pronto. Precios normales.

Somos de Gran Canaria y hemos visitado una gran cantidad de restaurantes de la isla. Este restaurante para mi y mi familia es de lo mejor. Siempre que tenemos alguna comida familiar venimos a comer aquí. Lo visitamos entre una o dos veces al mes. Calidad de la comida muy buena. Atención y profesionalidad un 10 y muy buen ambiente. Mejor restaurante de comida canaria decla isla.

Ojo, no incluyen el IGIC en los precios de la carta, con lo que la factura final se incrementa.

El sitio me gusta mucho eh en cuanto podemos mi familia y yo vamos muy a menudo lo recomiendo la calidad y el precio van acordes no resulta nada caro para lo bien y la cantidad que se sirve

Magnífico sitio para ir a comer. Muy buen trato y servicio. Siempre está lleno dada la calidad de la comida y el servicio. Seguiremos comiendo aquí por mucho tiempo.

La comida muy buena. En cuanto a la atención, buena pero agobiante, por lo menos para mi. Si, habían muchas mesas ocupadas, de lo cual me alegro mucho, pero coño, me llevaba cada susto, camarer@s de reperente parecía que peleaban por quien se llevaba las botellas vacía o los platos más rápido.

Muy buena la recomendación de la degustación que nos ofreció.

Restaurante excepcional por su incomparable atención, amplios salones, ambiente agradable, comida variada y toda exquisita. Precios solidarios.

La comida y el servicio, muy bien. Laa carnes a la brasa, excelentes. Tienen menú del día muy variado por unos 15 euros aproximadamente, y si te sobra comida te la ponen para llevar. Raciones generosas y comida casera (sopas, potajes varios...). La única pega que tiene el restaurante es que está tan demandado (es mejor reservar), que el nivel de decibelios de las voces de los comensales es increíblemente alto y molesto, siendo estos clientes en su mayoría hombres de 30 a 40 años que van a comer desde el trabajo y hablan a grito pelado, lo cual no es culpa del restaurante, pero desmerece la buena comida y atención al cliente por la increíble mala educación de señores que se creen que están en el salón de su casa, llaman a los camareros y camareras con silbidos, y, a pesar de su pinta de oficinistas, les falta un hervor y un buen tirón de orejas.

La verdad es que para comer un simple menú, me ha sorprendido la calidad y cantidad. Totalmente recomendable.