Restaurante Comosapiens en Atapuerca

Atapuerca,no pensamos encontrar un restaurante tan bueno y bonito en pleno camino de Santiago,comida muy buena bien presentada y con un cierto nivel

De maravilla, para repetir, buen servicio y buena presentación.

Si tuviera 6 estrellas para dar, definitivamente lo haría. La comida es fantástica El dueño es muy agradable y servicial.

100% recomendable. Si estáis de paso por Atapuerca no dudéis en comer en Comosapiens. Atención de 10 por parte de los trabajadores y la comida super sabrosa. Mejor ir con reserva.

Muy recomendable para acabar la visita de los yacimientos de Atapuerca con un buen sabor de boca. Espectacular cada plato: guiso de garbanzos y sepia con curri, entrecot de ternera al chimichurri, flan de mascarpone y sopa castellana.

Una maravilla. Nos atrajo el nombre tan original, y nos sorprendió muy gratamente el sitio. Comida espectacular hecha con mucho cariño (el lechazo asado en cazuela, espectacular). Ambiente acogedor y servicio atento, amable y cercano. Repetiremos seguro.

Buen producto, buena comida, decoración preciosa y servicio excelente.

Sitio muy agradable , la comida estupenda. Producto de temporada.Fuimos con perrete y es de agradecer un sitio de nivel q lo permita. Lo recomiendo totalmente!

Acudimos allí para celebrar el Año Nuevo en pareja, tras la buena experiencia de mi esposa con su familia el día de Año Nuevo de 2023 y solo puedo calificarlo de acierto total. La acogida educada y calurosa en su justa medida y el local muy acogedor y agradable ya hacían presagiar que íbamos a pasar un buen rato (que al final fueron dos horas...) De primero unos mejillones con verduritas en uno de los mejores escabeches que he probado, sin excesiva acidez y que finalicé untando hasta dejar el plato limpio. Siguió un canelón de txangurro que nos transportó en volandas al Cantábrico. Las verdinas con rape y gambones son el perfecto maridaje tierra-mar: el caldillo delicioso aunque al coger una cucharada plena se apodere un poco el sabor (y la textura) de las judías. La lubina impecable, y el cordero, deshuesado, muy interesante por el sabor del romero al fondo... Llegando al postre, me pareció mas logrado el flan de turrón que el sorbete de marc de cava (aunque esto es solo una opinión, igual que todo lo demás) En cuanto al vino no nos complicamos la vida en cuanto vimos en la carta que tenian el Herrigoia de maceración carbónica que conocimos el pasado verano en Donostia en nuestras repetidas visitas al Orburu. En fin: una relación calidad/precio/ambiente/servicio inmejorable que nos indica que tenemos que probar también en futuras oportunidades las demás opciones de menú...

Son varios años y varias visitas, siempre como bien, puedo decir que soy persona viajada y no hay muchos sitios por ahí con la calidad precio de este lugar. Platos con un toque siempre diferente, buena bodega donde se da pie a marcas diferentes, postres que tampoco desmerecen. .muy recomendable