Restaurante Cheriff en Barcelona

Excelente comida y servicio!!!! Atención personalizada por parte de Juanito.

Nos encantan los arroces de cheriff, la atención siempre espectacular!

La paella estuvo exquisita, el ambiente elegante y el servicio impecable. Una experiencia completa que estuvo a la altura de las reseñas.

Hoy hemos ido con un grupo, hemos escogido menú, sin bebida, incluye: croquetas + mejillones + arroz señoret + postre Indicar que las croquetas pasables, los mejillones aceptables, el arroz impresionante y el postre un flan del tamaño de un grano de arroz, escaso. Pero lo que más nos ha sorprendido es el trato del camarero. Por poner contexto, eran las 17:15 +\- y a las 17 éramos dos mesas. Cuando la otra se ha ido, nos ha venido el camarero gritando … a las 16 deberíais de estar fuera… que cerrábamos ( primera noticia) nos dice que no nos ha echado porque estaba el jefe y claro, a él no lo puede echar, pero que por culpa de nosotros hoy ya no se podían ir a casa, que a las 19 tiene que volver y que gracias a nosotros sus hijos tendrán que besar una foto suya en lugar de a él…. Por lo que nos hemos quedado con cara de no entender nada, porque hasta ese momento no nos había dicho nada. Luego al irnos nos ha recriminado otra vez y nos ha hecho un comentario muy poco apropiado y con cara de mala leche. Por todo esto, aunque si es verdad que el arroz estaba muy bueno, no volveremos por el trato del camarero, hostil y mal educado

La paella fue una maravilla! Llena de sabor, con mariscos fresquísimos y perfectamente limpios. Sinceramente, la mejor paella que he comido en mi vida🥹 también probamos las croquetas de gambas ¡deliciosas! Cremosas por dentro, crujientes por fuera, un verdadero placer. En general, toda la comida está a un nivel altísimo. Y la atención de Juanito muy amable, atento y tranquilo. Se nota que cuidan cada detalle. Gracias por esta experiencia tan buena!

Comida deliciosa. Comimos sopa de pescado y pescado frito, ambos muy ricos. El vino que nos recomendó el camarero también estaba buenísimo. ¡Lo recomiendo!

Uno de los mejores lugares de Barcelona para disfrutar de marisco fresco perfectamente preparado, acompañado de un buen vino y atendido por personal profesional.

¡Gran restaurante en el barrio de la Barceloneta, servicio muy atento, decoración elegante-moderna y unas comidas excelentes!

Lástima que una situación sin importancia y un tanto ridícula empañe la experiencia. La comida buena, camareros y staff muy educado y atento. A excepción de un camarero (Juanito aparece su nombre en la cuenta) que por un malentendido y error no ha tenido educación ni un mínimo de saber estar con el trato al cliente. Menú: Pan (2.50 € x 2) 5 € Croquetas gambas (3.50 € x 4) 14 € Mejillones al vapor (ración) 11 € Paella de marisco pelada (22 € x 2) 44 € 2 cañas de barril (3.30 x 2) 6.60 € 1 Agua sin gas 2.90 € Total 83.50 € Cuando fuimos a pagar, dijimos que queríamos dividir la cuenta entre dos. El camarero, con tono burlón, dijo que lo calcularía de memoria, pero dio una cifra incorrecta. Al principio parecía una broma, pero nos dio la impresión de que incluía ya su propina (recordamos que en España no es obligatorio dejar propina). Le dijimos que preferíamos hacer la cuenta con calculadora. Finalmente, cada uno pagó 41,70 € con tarjeta. Todo parecía estar bien, y el camarero cobró ambas partes. Sin embargo, hubo un pequeño error: mi amigo cometió un fallo de unos 10 céntimos al dividir la cuenta. El camarero no corrigió el error, y en vez de aclararlo, respondió con sarcasmo y comentarios fuera de lugar. Dijo que la división había sido “un poco a la catalana”, insinuando que mi amigo estaba intentando pagar de menos. Un comentario ridículo y rancio sobre el cliente y encima asumiendo lugares comunes sobre lo catalán. En lugar de resolver el malentendido, continuó con las bromas y quiso dejarnos en ridículo. No dijo nada más y se fue a la barra, por lo que nosotros nos marchamos. Nos despedimos amablemente del resto del personal, que fue siempre muy correcto. Ya en la calle, el camarero salió detrás de nosotros diciendo que tenía que cuadrar la caja (10 céntimos), con muy malos modos. Le dijimos que no había problema y que podíamos pagar con tarjeta, pero insistió en que tenía que ser en efectivo. Finalmente le dimos una moneda de un euro y para resolver una situación ridícula. Moraleja: la división de las cuentas deben comprobarse siempre y no asumir que los clientes deban hacer esa operación, y que se puede hacer con un datáfono. Si se ha cometido un error el camarero debe ser considerado y no hacer un espectáculo y corregir la situación. Tanto mi amigo como yo nos pensaremos mucho volver a este restaurante.

Restaurante muy agradable , la comida muy buena almejas a la marinera y arroz negro de postre canutillos de crema. El servicio súper atento . Muy recomendable