Restaurante Casanova en Arredondo

Hemos comido muy bien! Llegamos sin reserva y nos dijo que esperásemos 15 minutos. Pedimos una ensalada mixta, entrecot y solomillo. La carne muy rica, especialmente el solomillo y patatas caseras. La chica que nos atendió, muy amable y agradable. Para repetir!

La comida espectacular, el trato inmejorable. Recomendable 100%

Nuestra cuarta vez que vamos y no nos defraudais, el cabrito espectacular, la ensalada ya ni os cuento y las concretas igual,y el detalle de las velas aunque se han chivado es de agradecer... volveremos

Porque no hay más estrellas que sino le daría más. Es de esos sitios que siempre repetimos porque nunca falla. A destacar el cabrito al horno.

Impresionante. Todo muy bueno. Las raciones son grandes... El cabrito espectacular, cocido montañés, muy bueno...

Calidad, producto y buen hacer...para repetir y repetir y repetir...

Hemos visitado el Restaurante Casanova en varias ocasiones, y cada vez que volvemos, reafirmamos lo que ya sabemos: es un lugar donde la comida casera brilla con luz propia y donde el trato humano marca la diferencia. Es uno de esos rincones que enamoran no solo por el sabor, sino por la calidez que transmite todo el equipo y en especial Natalia, cuya atención cercana, paciente y siempre atenta es un auténtico tesoro. 🥘 Comida Casera que Reconforta: Los platos están preparados con mimo y con productos de calidad, y se nota. La cocina tiene ese toque tradicional que solo se consigue cuando hay cariño en lo que se hace. Además, para quienes necesitan opciones sin gluten, ofrecen varios platos adaptados que permiten disfrutar sin preocupaciones. Aunque no disponen de postres aptos para celíacos, la experiencia general sigue siendo excelente. 🌄 Ubicación y Ambiente: Ubicado en el corazón de Arredondo, en pleno paraíso natural cántabro, el restaurante Casanova es perfecto para recargar energías después de una jornada de senderismo o para dejarse mimar en un día tranquilo. 📝 Conclusión: Volveremos una y otra vez, porque lugares como este no abundan. Su cocina auténtica, ambiente acogedor y la dedicación de personas como Natalia hacen que cada visita sea especial. Solo queda cruzar los dedos para que en la próxima haya un postre sin gluten... ¡aunque sinceramente, con lo bueno que está todo, casi ni se echa en falta! 😋