Restaurante Casa Olga en A Guarda

Es un lugar muy peculiar con una anfitriona “OLGA” de 92 años, que ella misma hace un alarde de honestidad manifestando su tendencia política y esto precisamente lo ha convertido en marca de la casa Independientemente de la idea política de cada cual, esta señora tiene realmente muchísimo mérito estando aquí a su edad y seguir siendo el centro de atención. Muy amable y cariñosa con toda la clientela Rebosa energía para contarte cosas impresionantes de su vida y si hace falta se pone a cantar sin dudarlo La comida es muy buena La empanada, el centollo, los percebes y la merluza a la gallega impresionante. Hoy, a diferencia de otras veces, la langosta no ha sido la principal protagonista. Los postres muy buenos también. El vino cosechado por la casa está bueno. En Casa Olga no solo es comer sino que todo en general es una experiencia inolvidable que vale la pena vivir

Extraordinario lugar para volver y volver y jamás olvidar, exquisito y lo mejor, la atención de su propietaria que con todo respeto, es un verdadero encanto, infinitamente recomendable, MUCHAS GRACIAS!!

Casa de comidas tranquila y con buen género

Comedor rustico y sin pretensiones en el cual da una calidad precio muy bueno y para mí las cocciones son perfectas..

La mejor langosta que he comido en mi vida. Extraordinaria la empanada de zamburiñas y vieira. Maravillosa La salsa vinagreta que acompaña a la langosta potencia su sabor.

La comida muy buena , Olga la señora que lo lleva un auténtico amor!!!!lo único que me hubiera gustado es cantar el cara al sol como he visto en algún vídeo y por desgracia no lo hicimos Viva 🇪🇸

Sin duda la mejor opción de A Guarda. Olga sigue siendo insuperable!

Desde luego es la Reina de la langosta. No hay mucho más que decir.

Conocía este local hace más de 15 años y solía acudir a tomar su excelente langosta y por qué no decirlo ver la energía de la señora Olga y su tratamiento sin complejos de las realidades de España. He vuelto a cenar hace unos días y me sorprendió agradablemente el trato y cariño que pone su nieto en seguir ofreciendo calidad. Tomamos unos camarones excelentes en calidad y cocción, una maravillosa empanada, la inigualable langosta y una merluza que se deshacía en la boca. No cabe duda que si mantienen esta calidad y calidez auguro muchos años más a este singular restaurante.

Hemos estado muy a gusto. La dueña es un encanto. El trato ha sido excepcional. La langosta está buenísima.Sin duda volveremos.