Restaurante Casa Carmelo en Valladolid

Como siempre excelente comida con gran calidad.

Pues me he llevado una desilusión mayúscula con el servicio . Para empezar casi 15 min para pedir la comanda los camareros ni miraban pal rincon donde estábamos esperando(1/2 sala vacía) me trajeron el solomillo con la salsa que no era, el camarero parece que le pedí un favor con la cara que me puso cuando le dije que está no era la salsa. Postres pedimos 2 nos trajeron solo 1 y el otro se olvidaron, tras 15 min q no llega el postre pido q lo cancele. Y que me traigan la cuenta que otra vez se olvidan de traerla. Por fin me traen la cuenta 20 min más tarde después de volver a pedirla. Y al pagar el cambio tardo otros 10 min. los camareros (2) que a mí parecer fueron los que se quedaron en sala para el final no miraron pa nosotros ni una vez. Mi abuelo, y mi padre eran clientes fijos de este restaurante y nosotros pensamos que una reunificación de hermanos sería bonito en este sitio pero salimos al final bastante desilusionados. Los clientes son todos iguales en sala estén donde estén sentados y hay que tratarlos igual.

Buen lugar, excelente comida y atención !!! Los camareros muy atentos ! Volveremos sin duda por el vacio de solomillo. Creo que es la mejor carne que he comido 😍 No nos pidieron dejar reseña pero a mi me parece necesario el reconocimiento. Gracias!

El camarero Salvi todo un maestro muy bueno, y la comida muy buena

Pegado a la playa, especialidad en carnes. Además tiene terraza, que por las noches está muy agradable

La atención y el servicio son inmejorables. En cuanto al local, demasiado ruidoso, teníamos una mesa tan cerca que casi nos sientan juntos. El solomillo muy bueno pero el entrecot, una suela seca y dura. 177 € 4 personas.

Todo excelente, La comida espectacular 👌

Fuimos sin reservar y nos atendieron estupendamente; crane al estilo argentino y muy buen vino. REPETIREMOS

Cocina de excelente calidad, personal amable y muy profesional, lo recomiendo ampliamente.

¡Lo recomendamos! Restaurante junto al mar. Normalmente lo evitamos. Hay muchísimas mesas y camareros, pero la comida y el trato fueron perfectos (pedimos carne, vacío y entrecot, con un pequeño Ribeira del Duero, Sémele, ¡fui estupendo!).