Restaurante Can Vidal Ramos en Sant Llorenç d'Hortons

El menú esta muy bien por su entrante su primero y segundo plato junto al postre

La mejor comida y servicio para desayunos con amigos y almuerzos en familia!!

Este establecimiento ha sido un restaurante habitual de ciclistas de fin de semana, con almuerzos de plato ( esmorçar de forquilla i ganivet) pero es un verdadero restaurante de cocina catalana. Con 2 comedores amplios y cómodos. Hicimos una reserva a última hora para 6 personas, al estar cerca de este restaurante. Muy buen servicio por parte de las 4 personas en sala (una de ellas la gerente del establecimiento). Cordialidad, muy buena atención. En todo momento, stuvimos muy cómodos. En cuanto a la comida, hicimos 6 menús de fin de semana ( 29€). La cocina tradicional, con platos abundantes. Primero: parrillada de verduras, servidas en una cajita de madera, abundante, en su punto y deliciosas. Segundo: Pies de cerdo con judías. Extremadamente suaves, y muy abundantes. Los pies melosos y deliciosos. Postre: Crema catalana "casolana", no industrial.... Volveremos. Parking para clientes detrás del restaurante. Volveremos en breve, para degustar el "menu cargolada"..... Hasta pronto..

Hemos almorzado muy muy muy bien, los productos que nos ofrecieron todos de primera, muy bien atendidos buen ambiente

Restaurante de carretera con parking para poder aparcar a escasos 50 mts. Menú bastante variado de mediodía a un precio competitivo. Tanto primero como segundo muy bien cocinado, arroz al punto y muy gustoso. Sin duda que lo recomiendo visitar para probar su cocina.

Come casero inmejorable en un ambiente de restaurante de carretera. El trato de las camareras y su buen ron rollo y profesionalidad de 10. Se estaba muy fresco gracias a sus potentes aparatos de aire acondicionado a pesar del calor que echaba Comida muy abundante. Escogimos el menú de temporada en fin de semana a 28€ por persona. Repetir un desayuno con el cuñado.

Ayer fue la primera vez que fuimos y nos complació muchísimo. Bonito espacio, buen comido y personas que te hacen sentir como en casa. Sus puertas rojas atraen la atención y da ganas de entrar.

Es un restaurante de mucho paso, a todas horas hay gente comiendo. El trato de la dueña y las camareras es extraordinario, las cantidades son muy abundantes y la calidad muy aceptable. El precio tanto del doble menú como el de la carta es ridículo, mucha cantidad y poco precio. Son fenomenales, para ir y repetir. Gracias por lo que dais

Un poco ruidoso pero recomendable

Una grata sorpresa, la comida muy buena y mi marido disfrutó con el entrecot de vaca gallega. Yo con las rabas y el pulpo. La atención muy agradable