Restaurante Callizo en Aínsa-Sobrarbe

Una experiencia inolvidable, todo fue perfecto!

Una fantástica experiencia gastronómica. El maridaje con vinos Especial (vinos de la zona) muy adecuado (buen sommelier que razona y explica la elección de los vinos). Muy original el paso por la bodega y la parte inicial por la cocina conociendo al equipo. Hay varios platos realmente excepcionales y el recorrido está perfectamente calculado. El postre para mí fue lo menos especial, prácticamente todo basado en chocolate y algo repetitivo. Es una experiencia que hay que probar!

Una experiencia única !!!Todo los platos exquisitos!!!!!Le pongo 5* pero todo ha sido de 10*!!Gracias para está cena inolvidable!!!Pronto volveremos!!!!

¡¡¡Simplemente fantástico!!! La única pega es que el pan no está a la altura del menú.

Gran experiencia por el paisaje de un territorio, con una gran cocina. La atención del equipo de sala y cocina ha sido estupendo. Hemos podido disfrutar de una cocina de gran vuelo con una cata degustación coherente, llena de pasión y rodeados de unas vistas fantásticas al Valle y al río Cinca. La cata degustación se va desflorando plato a plato sin prisas, en un ritual que va tomando forma sobre la mesa. Es visita obligada. Muchas gracias por el placer recibido en su casa.

Un restaurante sublime que te dejará un recuerdo único. ¡No te lo puedes perder!

Imprescindible en su visita al Pirineo de Huesca. Más que bien merecidas Estrella Michelin y Sol Repsol. Cuenta con dos menús degustación, uno largo y otro menos, nosotros probamos el “corto” (es un decir) y quedamos encantados (vean fotos y videos con el detalle por platos). La experiencia gastronómica pasa por cuatro espacios del local: 1) La tienda, donde se degustan un par o tres de delikatessen de pie 2) Se pasa a contigua bodega, donde acompañando un excelente vino de degustan tres o cuatro aperitivos más sobre una mesa sobre la que se proyecta un audiovisual que nos habla de los productos de la tierra, el hilo conductor de toda la experiencia gastronómica. 3) A continuación se pasa a la barra de la cocina, donde el chef se presenta y sirve tres o quatro platos de mar (sí, también son de esa tierra pero de hace unos milones de años) 4) Y por último se acaba en mesa, donde el comensal decide si sigue con el menú normal o el largo. Excelente servicio en sala, con el único pero que menciono más abajo. Servicio muy joven pero atento y profesional, multilingüe. Local acogedor, una vieja casona en el corazón histórico de Ainsa, bien decorado, con vistas panorámicas sobre la montaña. Tres horas y media para disfrutar de una experiencia inolvidable de cultura gastronómica local, con una relacion calidad precio (150€ por comensal sin excederse con los vinos, la carta de vinos tiene opciones de todos los precios) imbatible. Sólo destaco dos puntos a mejorar, en mi modesto criterio : 1) Reservamos a las 20.30 y nos llamaron para pedirnos que fuésemos a las 20.10, cosa que hicimos, con unos minutos de antelación. Al llegar al local había un movimiento importante de camareros por que había servicios en marcha. Pero nadie nos dio la bienvenida al local. Al cabo de un rato nos indicaron que bajáramos a la planta baja indicándonos vagamente que el circuito “empezaba” allí, sin más explicaciones, y nos dejaron esperando. Estuvimos esperando 25 minutos de pié, sin que nadie nos atendiera, ni nos ofreciera una bebida o guardar el bolso. Y empezamos pasadas las 20.30, es decir a la hora prevista inicialmente. La sensación de no ser atendido al llegar y no tener información (por ejemplo se empiezan a servir platos antes de saber que la primera parte del menú es fija y los opciones para acabarlo se eligen más adelante) no es propia de un local de esta categoría. Incomprensible por que sólo pasa al principio, la atención cuando finalmente empieza la experiencia es exquisita, hasta diez personas distintas te atienden en casa etapa y cada uno de los cuatro espacios. 2) Las mesas no tienen mantel (salvo para la exquisita “performance” del chocolate a lis postres). Es una moda más propia de locales de diseño, a nosotros se nos hizo extraño cenar sobre una superficie de plástico en un local tan recio y de tanta categoría.

En un restaurante, aunque lo más importante, no todo es la comida, si no también el trato y servicio por parte del personal, y Restaurante Callizo auna un nivel exquisito de comida con un trato y servicio por parte de todo el equipo (muy numeroso y todos con un papel muy participativo e importante) espectacular, inmejorable. Y es que fuimos con nuestro hijo de 4 meses y todo fueron facilidades desde el principio. Atención permanente por parte de todo el equipo. Nos hicieron sentir muy cómodos en una situación que se reveló no tan fácil de manejar. Esperamos haber estado a la misma altura. En cuanto al menú, a destacar la variedad de ambientes originales en el que se sirve, con unas vistas espectaculares en mesa a la peña montalesa, la presentacion, los platos de caza muy singulares, por destacar alguno, pero es que todos estaban riquísimos, de gran nivel, muy equilibrado el menú. En resumen, para repetir sin duda, una comida riquísima servida en un marco incomparable y con un trato excelente por parte de un personal muy muy profesional. Gracias de nuevo por la atención prestada.

Sensacional gastronomía. Selecta y repleta de calidad en su elaboración. Buena atención y ambiente exquisito. La preparación y presentación de cada plato merece la oens conocer esta expiencia gastronómica

Toujours étonnant Restaurant qui vaut autant pour la qualité de la cuisine, que de la présentation, avec un apéritif qui commence à la cave, se poursuit dans la cuisine avant de passer à table ; Multitude de petits plats, type tapas de qualité ; Un seul bémol, le dessert (boule chocolat cassée sur la table) était déjà là quand nous sommes venus il y a plus de 10 ans ; Visuel parfait et original mais gout un peu en deçà du reste du menu...