Restaurante Bar Farol en Sevilla

Comida portuguesa muy elaborada y de preparación excelente. Totalmente recomendable.

La comida es espectacular y la atención es fantástica. El mejor restaurante de la Alameda y de los mejores de Sevilla sin duda.

Un sitio maravilloso, donde el espacio, la comida, la música de fondo y por supuesto la atención y el servicio de su personal te acercan en un salto a Portugal. Recomiendo encarecidamente sus platos de bacalao, sus arroces caldosos y cataplanas y como no sus postres portugueses 😋. ¡Chicos solo os falta retrasar una hora el reloj! Jajaja

Anoche, mi mujer y yo, pasamos una velada magnífica en la cena degustación de comida tradicional portuguesa amenizada por un grupo cantante de fados. ¡Experiencia de 10! Su dueño, Nico, amable, profesional donde los haya, siempre atento. Rosario, la cantante, y sus dos guitarristas, te transportan a la Lisboa más entrañable y te regalan canciones interpretadas con mucho sentimiento y cariño. La comida de muy buena calidad y sabor, abundante. No faltó de nada. El local bonito. Todo hace que no te sientas extraño y, al final de la cena, te das cuenta de que has estado entre amigos, y no te quieres marchar. Es un restaurante que te deja un buen sabor de boca, al que tienes que volver. Gracias a Nico, a Rosario y a su grupo, por hacer las cosas bien hechas. Hace falta en Sevilla promocionar este tipo de establecimientos.

Todo genial calidad y precio ,y el camarero super atento y simpático .

Es para mí un 10/10 y hay que probar si o si las carnes eso es lo mejor

Comimos genial, con un vinito de oporto, Unas croquetas de rape, exquisitas. Cataplana de rape, Y los postres , lo mejor, la tarta de chocolate , muy rica ….

Gran fusión de comida portuguesa y cultura española. ¡Todo lo que comimos estuvo delicioso! Sigue así ☺️

Hemos ido varias veces y siempre siempre siempre volveremos, los colores olores música decoración trato emplatados menú… hasta los baños huelen bien! El trato inmejorable gracias por todo

Muy bien. Estaba en Sevilla con hambre y extrañando la comida portuguesa, ¡me salvó este fantástico restaurante!