Restaurante Babú en Toro

Muy buen sitio para desayunar. Servicio muy agradable y todo muy rico. Tostada de jamón ibérico con tomate, zumo natural y café a un precio muy bueno. Las vistas de la Colegiata desde la terraza son preciosas y le dan un toque espacial a tu desayuno.

Desayunos muy buenos y la atención de Laia es extraordinaria!!

Taberna pequeña en el centro de Toro, pero súper acogedora, cada mes cambian la carta, carta pequeña pero innovadora, la raciones generosas, la comida en general todo estaba muy bueno, la dueña nos ha hecho sentir como en casa, también dan desayunos y muy rico todo!!! Calidad precio bien la única pega que pongo que no tenían mucha variedad de vinos.

Un gran descubrimiento ! Nos encantó el local, la comida y el trato , todo ello hacen de éste un lugar muy especial. Se nota que hacen todo con cariño y con pasión. Enhorabuena por vuestro trabajo !!

Excelente. Fui de turismo con mi marido, encontramos la taberna Babú y fue todo un regalo al paladar, sus creaciones culinarias son fantásticas, con buen producto y buena presentación. Es de esos sitios que comienzan a escasear. La amabilidad de los propietarios: Laia y Nicolás, te hacen sentir como en casa. El ambiente es muy agradable con música muy acorde con el estilo del lugar. Elaboran sus propios vinos artesanales: blancos y tintos. Y tiene un gran secreto , una joya: una bodega- cueva en el bajo del local. No os perdáis la experiencia, merece la pena ir a tapear, comer y pasar un momento agradable. Un saludo, los Asturianos.

Hablar de Toro, normalmente, es hablar de vinos. Pero hay más por descubrir, por ejemplo este local de restauración. Que no os confunda la denominación de "Taberna". Es mucho más que ese concepto. A parte de los vinos de la tierra, en mi opinión, es imprescindible probar unos de elaboración propia, de cultivo ecológico, sin sulfitos añadidos, que no encontréis en otro lugar. Pero no menos importante es el trabajo en cocina de Nicolás, con propuestas innovadoras que dan otro enfoque a rectas de siempre, que ahí no lo son. Por hacer tan solo una referencia, sus croquetas, que lo son, pero con su hacer y visión particular. Para ver y probar el resto tendréis que pasaros. He tenido la suerte de encontrar su casa, por casualidad en un día de turismo, y ha sido una experiencia para recordar, tanto por su servicio como por la ocasión de charlar y conocerles ( su pareja Laia, atiende la barra y sala), cercanos, acogedores, profesionales que te hacen sentir agusto en su casa. Tan es así que nos invitaron a conocer el secreto que esconde bajo los pies. Una bodega con su lagar original y la tremenda viga (ya me explicará quién descifre cómo la han introducido, tal parece que los constructores de pirámides se pasaron por Toro). En definitiva, la vista no defrauda. Vaya está reseña en reconocimiento de la labor bien hecha de dos profesionales.

Excelente cocina, vino de elaboración propia, ecológico y sin sulfitos. Trato amable y personalizado. Si tienes que comer en algún sitio, es muy recomendable, eso sí, sólo tienen tres mesas por lo que deberías de reservarla con antelación. Dado que las casas son muy antiguas y no hay cobertura debes llamar vía WhatsApp.

Dueños muy amables y profesionales, de los que ya no abundan

Comida tradiconal elaborada de una manera moderna, merece la pena ir y probar sus platos elaborados con esmero y buen producto.

Espectacular!! Sin palabras!! Digno de probar su comida!! Ellos bellísimas personas