31/05/2025: Una atención exquisita de Amalia.
La comida,fantástica
30/05/2025: Anoche fuimos a cenar a Nubium, que ya de entrada merece mención por el nombre: suena elegante, aunque no queda claro si es un planeta de Star Wars o una nube con WiFi. Spoiler: es un restaurante.
La velada empezó con croquetas. Pedimos seis: dos de jamón, dos de boletus y dos de gambón. Las de jamón fueron las estrellas del trío, con sabor clásico y buena textura. Las de boletus, en cambio, estaban como el chiste del tío pesado: no hacían daño, pero no hacía falta repetir. Las de gambón, sin ofender, estaban bien… simplemente bien. En general, croquetas de aprobado raspado con algún sobresaliente emocional.
De segundo, me lancé a por un wok de verduritas que, aunque sabroso y bien ejecutado, parecía diseñado por un chef en huelga de cucharón. Rico, pero escaso. Ideal si estás a dieta o te peleaste con los carbohidratos.
Con las bebidas (un tinto de verano y una Coca-Cola, maridaje millennial de manual), nos sorprendieron con unos San Jacobos. Supongo que fue un detalle de la casa, aunque no lo tengo claro. Bienintencionados pero insulsos, como ese amigo que te regala una bufanda en agosto.
Finalmente, llegó el plato principal —el club sándwich con patatas— que, lamentablemente, se hizo desear como estrella pop en festival. Eso sí, estaba rico: pan bien tostado, ingredientes frescos, combinación clásica pero efectiva. Las patatas, crujientes y en buena cantidad. Nada revolucionario, pero cumplidor.
¿La conclusión? Nubium es un sitio agradable, con platos correctos y momentos simpáticos. No va a cambiar tu vida culinaria, pero te saca una sonrisa… y alguna croqueta decente. 4 de 5 estrellas, con una nota mental: que no tarde tanto el sándwich, que no está escribiendo sus memorias.