RESTAURANTE A SANTIAGO en Belorado

Lo reservé pensando que se podía usar la piscina, pero resultó que no se podía usar en absoluto. Cuesta 14 euros por una habitación para cuatro personas con una cama. No había cocina, hervidor ni microondas disponibles. ¡Y también estaba lejos de la zona animada! Sólo podemos comer en su restaurante y nos dan un vaso de zumo de naranja al hacer el check-in, ¡lo cual no está mal! Pero no hay un área pública para que todos la usen. Parece que le da vergüenza usar los asientos sin pedir comida. No elegiría quedarme aquí de nuevo.

Un buen alojamiento con gente muy agradable que trabaja aquí. Las habitaciones están muy limpias y los menús del peregrino son geniales!

Fin de semana con amigos en Hotel "A Santiago" de Belorado. Trato excelente, habitaciones impecables y buena ubicación para descansar después de estar todo el día recorriendo la zona. En especial hace hincapié en el trato de Ángel. Prepararlo todo con su ayuda no tiene precio. Volveremos.

Habitación muy cómoda .Comimos de menú. Muy bueno. Destacar la atención del recepcionista , creo que se llama Ángel. Muy atento y amable en todo momento.El año próximo retomamos el camino desde éste Albergue

Bastante asequible. ¡Gran personal! La comida podría ser mejor. Cena de peregrino asequible. El pueblo queda bastante lejos cuando has caminado un día entero.

Un trato muy atento.Hemos quedado encantados. Muy recomendable. Precio calidad ajustados.

Es un lugar muy tranquilo y casi estás como en casa. Calidad/precio de 10. Si viajas en bici tienen lugar para darle un agua y guardarla. Ángel, que lo lleva, es muy atento y se portó de 10 conmigo. Más que recomendable.

Fui como peregrina bicigrina. En principio no pensaba parar en Belorado, pero surgió así y no me arrepentí: Eran las dos de la tarde un día de este septiembre tan exagerada y extrañamente caluroso que hemos tenido. El calor y el solazo que hacía se habían tornado difíciles de soportar hacía ya una o dos horas. Empezaba a buscar desesperadamente una sombra donde poder comer, descansar y dejar que bajara un poco el sol y su calor. De repente leo: Habitaciones desde 10€ (en albergue, claro), no se qué, no se cuantos, piscina. Piscina?! Eso fue lo que me detuvo a echar una ojeada. Y estaba abierta!! La decisión estuvo clara! Cuestión de pequeños detalles muy relevantes cuando estás sumamente acalorada. La habitación del albergue también estaba bien: limpia, comfortable, … nada que objetar. Me guardaron la bicicleta bajo llave, otro detalle. Cuando bajó el sol, fui a dar una vuelta por el pueblo y luego subí a ver el atardecer desde las ruinas del castillo. Hubiese estado bien visitar el museo de la radio, pero es únicamente con reserva previa y yo no supe de su existencia hasta entonces. Cené en el propio hostal y albergue (también tienen habitaciones privadas). Tenían menú vegetariano! Tercer detalle. Además tienen pizzas y dan desayunos a partir de las 7:00, creo… Espero no haberme colado. El caso es que era una hora a la que me venía bien porque, con esos calores, mejor empezar a pedalear al despuntar el alba: Desayunar y al lío! Al día siguiente, cuando ya empezaba a notarse el sol, voy a ponerme las gafas de sol y… dónde están? Dónde están?! Maldita sea, me las he tenido que dejar en el albergue!! Llamo y, efectivamente, me las había olvidado allí, en la barra del mostrador sin ir más lejos, me dijeron. Las habían guardado y me las mandaron al siguiente albergue por jacotrans, uno de los servicios de mensajería barra transporte de mochilas que operan a lo largo del Camino de Santiago. Detallazo!!!