Restaurante A' Peregrina en Valencia

Un restaurante pequeño pero con mucho ambiente, con platos muy sabrosos, con mesas tanto en el interior como en el exterior. Los platos son muy sabrosos y se sirven muy rápido. El restaurante está ubicado en una tranquila calle lateral, y lo encontramos por casualidad, pero valió la pena la visita.

Un lugar hospitalario y comida deliciosa, servida rápidamente y fresca, lo recomiendo especialmente a alguien que le guste el marisco y el pescado.

El mejor restaurante Gallego que he probado en Valencia

Una experiencia estupenda, como siempre. María atiende el restaurante con dedicación y te hace sentir como en casa. La empanada espectacular. Volveremos.

Gran calidad y ambiente muy muy hogareño

En serio, uno de los mejores restaurantes en los que he comido. La comida es excelente, por supuesto, pero el servicio es increíble: ¡te sientes como en casa! ¡Saluda a María de mi parte!

Muy bueno todo, especialmente el pulpo a la gallega. Súper recomendable. 💯

Hace unos días picamos en “A’ Peregrina”, un rinconcito gallego en la calle Trinitarios. Hablé con ellos por WhatsApp y ya noté lo encantadores que son. El local tiene una terraza fantástica, perfecta para las noches de entretiempo. Pensábamos tomarnos un vino, pero al ver la carta… ¡ya teníamos ganas de probarlo todo! Enseguida nos sacaron la bebida y un caldo gallego para ir haciendo boca. Luego llegaron las estrellas: las zamburiñas. Para mí, el plato top: tiernas, jugosas y llenas de sabor. Se piden por unidades. Me encantaron. Y las navajas… ¡fresquísimas! Con ese sabor a mar que te transporta directo a Galicia. Cada plato nos lo trajeron los camareros, amables y atentos a cualquier comentario que hacíamos. Además, la presentación de los platos está muy cuidada: unas hojas verdes debajo, una rosa de pitiminí… Seguimos con las croquetas celtas. Ahora que en todas partes hay croquetas, muchas veces quinta gama, nos explican que estas son de auténtico cocido. Son suaves, cremosas y nada saladas, cumplen totalmente las expectativas. Vienen cuatro en la ración, con un rebozo fino y crujiente. Deliciosas. Luego, el plato más curioso: el huevo crujiente. Sobre una base de setas sabrosas y patata, un saquito de huevo que, al romperlo, se mezcla con todo y es obligatorio mojar pan gallego. Pedimos el plato por el huevo crujiente, pero las setas roban totalmente el show. Por último, los chipirones con ajetes, porque ya no podíamos más y, además, porque no les quedaba pulpo a feira. La ración era abundante, con una cama de verduras cortadas grandes —calabacín, berenjena y cebolla— a la plancha y al dente. ¡Una auténtica maravilla! Este plato me encantó. No nos quedó sitio para el postre, pero nos fuimos con la certeza de que volveremos muy pronto.

Un restaurante en una ubicación muy agradable, con una comida excelente y muy buen servicio. Para repetir

Todo fue perfecto desde el principio, la comida, el servicio y el ambiente es más de 5 estrellas, me encanta ❤️seguro y volveré.