Restaurant Gran Sol en Sant Pol de Mar

El hotel es antiguo, las habitaciones son viejas y la ducha tarda mucho en calentarse. La cama grande era cómoda. Aunque da al mar, las vistas no son nada del otro mundo. El desayuno era correcto.

Muy recomendable. Se puede llegar a Barcelona en tren de forma fácil y económica. El mar está a poca distancia a pie. Disfruta viéndolo desde tu balcón.

Un hotel con historia y encanto, que todavía desprende el esplendor de lo que fue. Lo van renovando paulatinamente (las duchas, por ejemplo, son nuevas) y esto hace que se mantenga práctico y confortable. Las habitaciones son amplias, disponen de aire acondicionado y muchas tienen terraza con vistas preciosas al mar. El trato es muy familiar, con trabajadores de toda la vida que hacen que te sientas como en casa. Además, es un sitio muy tranquilo, ideal tanto para familias como para quien busque paz y descanso. Está a sólo 10 minutos a pie del centro del pueblo. El desayuno es bastante variado y con detalles que marcan la diferencia: por Sant Joan, por ejemplo, encontramos coca de Sant Joan en el buffet. El hotel dispone de bar y también de un restaurante propio, L'Ermita, que a su vez funciona como escuela de hostelería. Todo ello hace que repitamos cada año, porque siempre nos encontramos muy bien! ¡Ah! Y muy importante, dispone de aparcamiento.

Hotel sencillo, agradable y tranquilo. Falta reforma! A destacar el trabajo impecable de Fátima en lo que respecta a la limpieza de las habitaciones También, atención del personal de recepción. Muy amables :)

Delicioso desayuno junto a la piscina.

El alojamiento está muy bien situado, el desayuno está bien, variado y bueno. Falta mantenimiento, la habitación antigua, la bañera el suelo bastante mal ,cortinas solo hay las opacas, siempre tienes que estar a oscuras, o te ven desde la calle. faltaría otra cortina más fina para poder tener más privacidad La zona de la piscina le falta una buena limpieza, las hamacas muy sucias . Otra reseña también comentó que al salir de la piscina tenían el bañador amarillo y es real a nosotros tb nos pasó , incluso la correa del reloj que es blanca estaba completamente amarilla

No estubo nada mal, por lo que nos contaron es una escuela de cocina, para nosotros una experiencia nueva y agradable, estarían con los exámenes finales y nos tocaron los mejores sin duda alguna repetiría la experiencia muy contento y saludos a los cocineros...

Se acabó mi estancia. Me encantó el hotel y, sobre todo, los empleados, tan profesionales y encantadores. El servicio es de primera, el restaurante es magnífico. Las playas están a 5 minutos a pie, ¡¡¡increíble!!! El centro también está a 5 minutos, con restaurantes, tiendas y bares de tapas, y Barcelona está a una hora en tren, ¡una ventaja para ir de compras! ¡Gracias, Sant Pol de Mar! Gracias al hotel Gran Sol.

LOCAL: muy bien decorado, estilo mediterráneo (predomina el blanco y el azul marino). Mesas muy amplias y sillas muy cómodas. El comedor está en un sitio elevado donde puedes ver todo el horizonte del mar mediterráneo. Es muy agradable comer mientras tienes esa panorámica. PERSONAL: gente joven, estudiantes de hostelería y todos ellos muy bien preparados. COCINA: disponen tanto de menú como de carta. Nosotros fuimos al menú. Estaba todo buenisimo. Buena calidad, buena elaboración y buena presentación. RELACION C/P: correcta. El menú cuesta 35 sin bebidas.

Calidad precio muy bien, los chicos muy amables y muy buenas vistas. Lo único que no nos gustó son las sillas que eran excesivamente altas o la mesa demasiado baja y el parking que si vienes de la parte de Girona es imposible entrar y tienes que dar mucha vuelta