Restaurant Cal Garreta en Barcelona

Comí entre semana, un sitio tranquilo. Solo estaba yo y otra mesa. El servicio está bien. No hacen menú. La comida ha estado bien, sin exagerar, pero lo he encontrado caro para lo que comí, sin incluir postre. No es un sitio de paso, fui por las reseñas de Google, creo que ir expresamente a comer tampoco merece la pena, hay sitios mejores y más económicos.

Exquisito solomillo con trufa.. Y alcachofas laminadas con jamón ibérico

Buen restaurante familiar cerca de Berga para ir con amigos o familia. Tanto para el desayuno, comida como cena. Camino estrecho. El local es una casa/masía rodeada de bosque y campos.

Comida en Cal Garretà, un restaurante escondido en Avià, detrás de un lago y situado en una antigua colonia agrícola. Una terraza espectacular para hacer un vermut, comida a la brasa, perfecto para una comida de fin de semana en familia o con amigos. Tienen un nuevo vermut muy bueno, vermut Macarrilla 👌🏽

Fuimos a comer en sábado y la carta contenía platos muy caros

Comida excelente acompañada de un fantástico servicio.Gracias por el regalazo de comida

Lugar muy bonito y con un pequeño lago, comida correcta.

He estado con mi familia la comida muy buena servicio bueno y muy amable y el sitio precioso

Todo estupendo. Trato, comida y ubicación. ¡Nos ha encantado y volveremos!

Cal Garretà es uno de esos rincones escondidos en Barcelona que los amantes de la buena mesa no pueden dejar pasar. Un lugar donde la comida tradicional catalana se eleva gracias a la calidad de sus ingredientes. Destacan sus carnes, hechas en una barbacoa al aire libre que le aporta ese toque ahumado y jugoso que las hace irresistibles. Sus ensaladas, sencillas pero deliciosas, son frescas y vibrantes, preparadas con productos de su propio huerto. Esto añade un valor único y auténtico, algo que no siempre se encuentra en la gastronomía actual. Las patatas enmascaradas, un plato tradicional, sorprenden por lo bien que combinan lo rústico con lo refinado. Son una muestra del patrimonio culinario catalán, sencillas y a la vez llenas de sabor. Pero sin duda, el plato estrella es el solomillo trufado. La carne es tierna, perfectamente cocinada y con una generosa cantidad de trufa que inunda cada bocado con su fragancia terrosa y delicada. Cómo recomendación, ya que la carne llega ya fileteada en una bandeja muy caliente, si te gusta la carne muy poco hecha es mejor que pidas sin filetear y en un taco entero de solomillo. Los Pèsols negres son una delicia, tiernos sabrosos y en su punto de cocción. Los Robellons están muy buenos y sabrosos, llegan con un poco de su propio jugo que le da una textura sedosa y muy agradable en boca. La Crema Catalana es de las mejores que he probado. El servicio es muy amable y familiar, se nota que intentan que los clientes se sientan como en casa. El entorno es único y con ese toque de típica Masía catalana. Recomendable 100% y deseando volver a probar más platos tradicionales de este restaurante.