Raval de Bagà 59 en Bagà

Buen sitio para tomar alguna y tapas.

Buen sitio para parar y tomar unas buenas bravas y naa cervezas después de una merecidas mañana subiendo al Coll de Pal

Muy amables , excelente atención. Fuimos con perros y les dieron comida y agua.

Hemos tomado un café porque el propietario nos ha parecido tan simpático y el sitio tan encantador que nos hemos sentado después de comer. Nos ha ofrecido un buen postre...pero acabábamos de comer. ¡Vuelva un día a probarlo! Nos ha dicho. Por supuesto que lo haremos. Y ha comido también.

Rincón único (valga la ironía para una calle recta) llevado por personal exquisito que sirve una comida a su nivel de dedicación y entrega. Cuidado con el yorkshire Percy, que lo mismo se enfrenta a un oso polar. No te librarás del mal endémico de las zotes cayetanas analfabetas de turno que se sientan en la terraza sólo para quejarse de quienes fuman. Los pijos tenéis el punto de recarga eléctrico relativamente cerca. Aquí suelen parar para "repostar" cuando vuelven ya cocidos de la Cerdanya... pero esas pequeñeces no las puede gestionar el staff ya de forma alguna. Una sola pega añadiré: si yo fuera el encargado, les clavaba 5€ por caña a los borjamaris. Hay que preservar clientela local y ahuyentar a la fauna asilvestrada.

El mejor sitio que he ido en mucho tiempo! Delicioso el lomo, el postre, una atención super amable y cercana, incluso familiar. Después de una larga caminata este sitio es perfecto para comer y apreciar la calidad y el cariño de los platos. Muy detallistas, se preocupan de tu comodidad. De verdad gracias por el servicio!! Volvería a pagar mil veces la exquisitez de vuestros productos en mesa. Hasta pronto!!

Excelente local, pequeño pero muy acogedor, los trabajadores no podrían ser más atentos y simpáticos. Además les encantan los perros. Recomiendo 100% los huevos no rotos, se nota MUY que la patata es natural y no congelada y el jamón es cortado al momento. El entrecot de lomo alto es otro plato por repetir. Vemos pasar unos días en los pirineos, hemos parado casi de casualidad y ahora será un paro recorriendo cada vez que hagamos una escapada!

Bajábamos de pasar unos días en el Pirineo francés y acabamos aquí por casualidad. En seguida nos han atendido y han mimado (quizás demasiado) a nuestra perrita, que ya os adelanto tiene nuevo lugar favorito. Hemos comido los huevos no rotos (espectaculares, patata natural y jamón recién cortado in situ), un entrecot de lomo alto muy sabroso y un tiramisú casero que sabía como el de mi madre (y eso sí que es un piropo). Para nuestra sorpresa, al traer la cuenta hemos visto que nos habían cobrado 12€ de menos por el entrecot porque “no venía la cantidad que tocaba”, pero si casi salimos rodando! Para volver una y mil veces por la atención, la calidad de la comida y el precio, no entendemos algunas de las malas reseñas que tiene, no les hagáis caso!

Amablemente nos hicieron un hueco. Local pequeño y bien organizado. Productos de excelente calidad. Cocinado y preparado con cuidado y esmero. Ambiente familiar. Sin duda muy recomendable.

Trato excelente por parte de los trabajadores. Ha sido toda una sorpresa, la comida estaba deliciosa, simplemente increíble. Extremadamente recomendables las patatas bravas (por fin unas que pican de verdad), el plato de butifarra con guarnición y el crujiente de queso de cabra con morcilla. ¡Divino! El local es pequeñito pero con encanto, y vale mucho la pena.