Ayer por la noche, mientras esperábamos que llegase el tren con nuestro hijo, decidimos acercarnos a una de las pulpeiras más famosas de La Coruña, de las de toda la vida, aunque ya no está en su ubicación original desde hace años sigue por la zona de Los Mallos, cerca de la estación de trenes y su esencia sigue intacta, y lo que ofrece es un verdadero deleite para los amantes del buen pulpo.
El local, siempre lleno de gente, refleja la calidad de su oferta. El pulpo estaba riquísimo, con una preparación impecable, tierno (lo justo), sabroso y en su punto ideal, como sólo un buen pulpeiro sabe hacerlo. Pedimos una ración doble entre dos, acompañada de unos mejillones al vapor espectaculares, y de acompañamiento pan y dos cañas. Y lo mejor de todo, aunque me parece mucho dinero se puede decir que la cena fue por un precio muy razonable: 40 euros. Hoy en día, realmente me parece una cena bien de precio.
Lo que más valoro, además de la excelente comida, es la amabilidad del dueño. A pesar de la hora (ya cerca de las 11 de la noche y después de un largo día de trabajo), siempre tiene una sonrisa, está dispuesto a charlar y hacerte sentir como en casa.
Es cierto que he intentado ir en otras ocasiones, pero claro, los buenos sitios siempre están llenos. Hay que reservar o, si no, elegir horas poco comunes para evitar la multitud. Sin duda, volveré. Un lugar que nunca decepciona.
Adjunto foto de la carta, la ración doble estoy segura de que fueron 26€ y abundante, pero los mejillones creo que fueron 8€, no sé si la carta esta totalmente actualizada, pero es bastante similar a la actual.
Margot
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04 Marzo 2025
10,0