17/03/2024: Había ido en otras ocasiones y siempre me había parecido que debías saber qué elegir para salir más o menos satisfecho del restaurante. Sin embargo, en el día de hoy han habido algunos aspectos que querría comentar.
En primer lugar, es un lugar donde la parrilla funciona correctamente, pero los platos cocinados bajan bastante de nivel. Aconsejo, por tanto, elegir ensaladas o parrillas.
En segundo lugar, en el menú entra agua, copa de vino o cerveza. Pedimos refrescar la mayoría de la mesa que se cobraron aparte. Esta aquí todo correcto, pero dos comensales pidieron 2 cervezas más, que también fueron cobradas. De 10 comensales se habían utilizado 3 bebidas del menú y aún así, no se incluyeron estas cervezas como parte de los otros menús. Me parece poco elegante.
En tercer lugar, permiten traer una tarta de celebración pero te cobran 1,5€ por persona. Me parece un abuso, pero cuando pides la autorización que no te avisen de ese sobrecoste, me parece vergonzoso.
Por supuesto, he pagado la cuenta sin decir nada y tengo claro dónde no volveré ni recomendaré ir.
03/03/2024: Como la otra vez con los vinos de la bodega Herencia Altés, la experiencia de la cata fue muy satisfactoria. Sirvieron medias raciones salvo el cuarto servicio y el postre; en cualquier caso, no es este un lugar para comer al peso.
Vinos de la bodega Arrocal, Ribera del Duero, espléndidos de principio a fin.
Empezamos por un blanco. A fuerza de ampliar mis horizontes sobre uvas blancas y sus viñas ya incluyo los blancos entre mis opciones preferentes. En esta ocasión feliz fue una uva clásica del lugar, la albilla mayor, que por el empuje de la uva negra está desapareciendo y es testimonial. Tienen ustedes que probarla al menos una vez en la vida, luego vuelvan a las uvas tintas solo, a ver si pueden. A juego un entrante de ensalada de salmón ahumado y mango y melón.
Luego un tinto con platillo de quesos, texturas mantecosas y trufa negra. El sabor terroso del vino conjugaba a la perfección. Un vino de uva tempranillo que no hubiera probado nunca si no me lo hubieran servido en este menú: cambió mi percepción de que estos vinos han de ser recios y ásperos (este finde he comprado otra 9-10e, ya ven...).
En tercer lugar tres raviolis de cabrito -podríamos decir raviolones-. Un vino de cierta enjundia, ocho meses en barrica de roble (no me pregunten de qué procedencia porque aquí ya llevábamos cuatro o cinco copichuelas: repetimos).
El plato principal era Codillo de Cerdo Confitado, y lo acompañaron con un vino de nombre muy curioso PerroGatoRatón. Tempranillo y Albillo mayor le daban un gusto no demasiado acusado, pero consistente. Un vino de calidad para todos los gustos, si no tienes demasiado gusto pir el vino.
El postre era un lingote de chocolate y salsa de cítricos -el maracuyá destacaba- y lo acompañaron con un suculento vino de dieciocho meses. Aquí, lo reconozco, no pude disfrutar todo lo que hubiera querido porque ya llevaba siete copichuelas en el cuerpo y bastante comida y, además, ya notaba todo el peso del día (una trabaja), pero me bebí lo que me correspondía.
Yo acudí a la anterior cata por el vino de Herencia Altés. Pero tras probar lo bien hecha y lo apropiada que es la comida, animo a la gente a que se pase por el restaurante también por eso (o más por eso).
Con combinaciones muy sencillas hace platos muy sabrosos, muy bien ejecutados... Porque es un gran placer que los alimentos más accesibles estén tan bien guisados y acompañados. Y todo por 35e. Díganme ustedes por ese precio dónde se pueden catar tantos vinos y tan buenos.