Restaurante tradicional con Menú diario de lunes a Viernes no festivos, en el que te ofrecen 5 primeros y 5 segundos a elegir 1 primero y 1 segundo, pan, 1 bebida, postres caseros, helado o fruta y café o infusión, por 14€. La comida es muy buena, casera y tradicional.
Para los fines de semana y festivos ofrecen, si estás alojado un menú como el de entre semana, si no estás alojado tienen 3 menús cerrados, en los cuales incluyen varios entrantes caseros, un principal a elegir, postres caseros o helado o fruta, café o infusión, su precio 28€, 30€ o 32€, el precio varía por los entrantes lo demás es lo mismo para los tres menús. Las bebidas no entran en estos menús. Tanto los entrantes como todo lo servido se realiza allí, todo casero y tradicional. Es un lugar donde sin pretensiones, comes como cuando cocinaba la abuela en casa, eso es la gran diferencia y lo que los hace ser de lo mejor de hoy en día. Disponen de paella y arroces a leña, Carnes y pescados de primera. El precio es genial, para la calidad que ofrecen está muy bien, hoy en día quedan muy pocos sitios en los que comas calidad y cantidad por un módico precio. No son un restaurante de altas esferas, pero si un lugar muy bonito y con historia, en el que comer una buena comida a buen precio.
He salido mucho a comer por ahí, y la verdad que poco poco como este lugar.
Para aparcar hay un gran Parking de tierra a unos 100 metros y también hay un pequeño descampado justo entrando por una callecita de enfrente.
El restaurante está ubicado a la salida del pueblo de Buñol, es una antigua Venta(Posada) del siglo XVII, en la que se hacía noche en el viaje de Valencia a Madrid en carro. Cerca de la antigua Nacional 3, para ir a Valencia ubicación excelente, ya que no tienes que atravesar el pueblo ni meterte por calles ni nada. Se sitúa en una zona peatonal de aceras anchas, el tren pasa por un lateral de la posada y la antigua carretera de Madrid por abajo de la acera de la entrada.
Tienen 3 comedores y 2 reservados, en él aceptan adultos y niños, no es un “Only adults”, y a veces, aceptan mascotas pequeñas situándolas en un rincón del comedor para que no molesten, o en una zona que se llama pérgola pegada al patio interior.
El personal es como toda la vida, cercanos y resolutivos, camareros y camareras hechos a realizar su trabajo con sus mejores propósitos, son como de casa y te tratan igual. Siempre está lleno, entre semana y dan buen servicio, también hay que comprender que habrá días en los que la faena les salga por las orejas y vayan más apretados, y otros en los sean más tranquilos, pero no por que sean pocos, que no lo son, si no por que todos queremos comer y se doblan muchas mesas, por algo será que siempre está lleno.
Podemos dar gracias que a día de hoy mantienen su esencia, su comida tradicional, su servicio.
La hostelería se está perdiendo, es una pena, cada día hay menos personas dispuestas a trabajar fines de semana y festivos.
Aconsejo reservéis por qué suele estar siempre lleno, he visto a veces personas que han llegado y se han puesto intensos para que les dieran mesa, siendo que el camarero les había dicho que estaba lleno, otros ven el patio en el que no se puede comer y piden comer en el, y le están diciendo que en el no se sirven comidas, otros que les dicen que está lleno y dicen hombre algún rinconcito tendrás, imaginad cómo terminan los pobres camareros, que tienen sus mesas bien repartidas para poder dar buen servicio. Os diré que los fines de semana ponen un pedestal con el que te das de frente en cuanto entras, en el ponen los nombres de las reservas y el comedor en el que está cada una, aún así, ves a personas deambulando por el Hall, buscando a alguien que les diga dónde está su mesa. A veces los he redirigirlo al pedestal y su respuesta “no lo habíamos visto”. Todo no es culpa de los trabajadores, hay que ser más empatico y simpático. Como todo en la vida, nadie sabe que lleva cada uno en sus zapatos.
Buen lugar comes bien, barato y rápido, y si tienes cualquier duda o pega la expones y la intentan solucionar.
Maria Jose Vidal
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10 Marzo 2025
10,0
Antes de llegar a Bunyol la plataforma Tripadvisor ya me recomendó este lugar como opción para degustar la cocina local. Porteriormente, una persona autóctona también me lo apuntó como sitio TOP, así que finalmente fuimos a comer.
No defraudó.
Solo por comer en su salón ya valió la pena, pues se trata de una casa señorial reconvertida en restaurante.
Personal atento, profesional y más que agradable.
Higiene impoluta. Ambiente bastante agradable.
Comida muy abundante que no pudimos terminar.
Nos decantamos por uno de los menús que ofrecen y quedamos más que satisfechos, provando platos típicos de Buñol.
Aunque las opciones saludables no son abundantes, la verdad es que su plato estrella siento el bacalao con estilo propio es sencillamente espectacular y muy ligero.
Los postres caseros son una pasada. El calb de huevo y el de turrón son una auténtica delicia.
El restaurante se ubica en una zona poco transitada de Bunyol.
Como aspecto a mejorar sugiero que las infusiones sean servidas en tazas adecuadas…