Playachica en Benicàssim

Su gran fallo, los postres. Sobre todo el brownie, que decir que está seco es quedarse corto. En agosto 2025 volvimos y pedimos llevarnos lo que sobro y nos cobraron 1,40€ por un tupper de carton malisimo. Vergonzoso

Un sitio genial para ir a comer, pegado a la playa, buen ambiente y comida muy buena! Comimos una fideuá muy buena con el menú. La atención y los precios también muy bien

Una decepción, tenía mejor recuerdo de cuando solíamos venir. Pedimos menú del mediodía de 32 euros. Los entrantes de pena,se salvaba la ensalada típica con queso de cabra. La merluza, era una de las porciones congeladas que venden en cualquier super con unos guisantes insípidos. El pollo, flotando en un bol de salsa no venía a cuento en un menú de verano,que debería ser algo mas ligero y fresco. El arroz,sin más...las galeras eran puro líquido cuando las partías,incluso pregunté si estaban en buen estado. Lo mejor el postre,y eso que soy de las que no suelen pedir. Se me olvidaba el servicio,te estresan al sacarte los platos uno tras otro sin terminar el anterior,y el arroz cuando aún no has terminado todo lo anterior,hace que al final se quede frío. No te dejan charlar,ni tomarte un momento de respiro. En fin...con esto no creo que volvamos pronto. El grupo la guindilla cada dia bajando calidad de producto y cocina,una pena.

Al borde de la playa. Buenas cocina. Terraza muy agradable

Hace unos días tuve la fortuna de visitar Benicàssim y descubrir un pueblo lleno de encanto, donde encontré un restaurante que se convirtió en una verdadera joya: PlayaChica. Ubicado en la AVENIDA FERRANDIS SALVADOR, 131, justo en primera línea de la playa, este lugar tiene el mar como escenario y la gastronomía como protagonista. PlayaChica es más que un restaurante, es un refugio encantador donde se vive un verano eterno, sin importar la época del año. La carta de PlayaChica es un deleite para los sentidos, combinando lo mejor de la zona con audaces fusiones que sorprenden y deleitan con sabores extraordinarios. Además, ofrece una variedad de espacios para elegir: desde el restaurante-gastrobar hasta la cervecería y la coctelería, pasando por puestos de mercado con productos frescos para que el comensal pueda personalizar su experiencia culinaria. Mi elección fue el restaurante, donde disfruté de una terraza que parecía fundirse con el mar, ofreciendo una atmósfera única. Como entrantes, probé un delicioso ceviche Benifornia, acompañado de unas exquisitas gambas y aguacate sobre una tortilla de maíz crujiente, seguido de una burrata con cecina, tomates de temporada y almendras, dos platos simplemente extraordinarios. Para el plato principal, tuve serias dudas, pero al final me decidí por un arrocito de galeras con alcachofas y ajos tiernos... ¿Qué puedo decir? Como dicen, una imagen vale más que mil palabras... ¡Ahí les dejo el antes y el después! Pero lo más destacable de mi experiencia en PlayaChica fue, sin duda alguna, el trato recibido por parte del equipo. Desde el momento en que entré, me hicieron sentir como en casa, con una calidez y una atención que hicieron que mi visita fuera aún más memorable. ¡Muchísimas gracias a todo el equipo de PlayaChica! Sin duda alguna, volveré, ¡lo prometo! #LaRanaGaspar

El ambiente no era precisamente el adecuado para agosto 🤷🏾‍♀️... Los cócteles estaban buenos.

Gracias por una experiencia redonda: un ambiente cuidado al detalle, un servicio cercano y atento, y una cocina que conquista desde el primer bocado. Un lugar al que siempre apetece volver.

Cena para seis con una celiaca, local precioso sobre la misma playa pero con un toque exótico casi tropical que le sienta muy bien, perfectamente atendido por una camarera súper profesional y muy amable, con conocimiento y control sobre lo que son las dichosas trazas en un negocio no gluten free 100%. Comida muy rica servida a velocidad récord. Una buena experiencia al no haber saturación en la sala, habría que probar con el aforo completo. En todo caso, muy recomendable

Estuvimos comiendo en Playa Chica un día entre semana y la experiencia fue muy positiva. Tienen un menú cerrado con varios entrantes y fideuá o arroz de segundo que, por el precio, está más que bien. En tre semana, el local es muy tranquilo (casi da pena porque es muy amplio y los fines de semana y en verano, se peta), pero ya digo que apenas había gente y eso se agradece si buscas comer sin prisas ni ruido (en verano ya dogo que es otra historia). El servicio, de diez: atentos, rápidos y muy amables. Lo único que no nos convenció fueron los chipirones con habas de los entrantes, que parecían más bien una sopa de pescado... y además estaban fríos. Pero la fideuá lo compensó todo: sabrosa, en su punto y muy generosa. En resumen, un sitio al que volver sin duda si estás por Benicasim y buscas buena relación calidad-precio.

No había estado nunca y me sorprendió gratamente. Pedimos de carta un Tartar de atún, un Ceviche y un arroz con setas y foie. Todo estaba increíble. El arroz es de los mejores que he probado. Los postres también estaban muy bien, sobretodo la torrija con cheesecake. También tienen varios menús, incluido infantil. Local muy limpio y personal agradable. Para repetir.