Pizzeria Pinocho en Santander

Todo estupendo, sobre todo para ir con niños. Y una atención espléndida.

Un restaurante precioso que merece la pena visitar. La atención magnífica, en especial Marina, que atendió con todo cariño a los peques con los que íbamos. La comida muy buena. Totalmente recomendable y volveremos sin duda.

Las pizzas están riquísimas, el personal es perfecto y amable, y se adaptan a la situación. Lo recomiendo mucho por la relación calidad-precio.

La pizzería de siempre, no falla. Recomendable para familias con niños pequeños

Un clásico de Santander. Genial

Comida muy rica y a buen precio y el servicio muy bueno también, muy majos y atentos

Fui a este restaurante tras unos seis años sin ir, por cambio de residencia y sin duda sigo pensando que es una de mis pizzerías favoritas. Tienen gran variedad de platos, gran atención por parte del dueño, y su servicio es muy rápido, los precios en los años que estamos son económicos para la calidad que ofrecen. Sin duda recomendaría Pinocho por encima de otras propuestas en la ciudad.

Muy buen servicio, la chica fue atenta, rápida y amable, agradecimiento especial a ella. La comida también estuvo deliciosa. Los precios están en algún lugar promedio en la ciudad. Bonito lugar para almorzar en familia, a los niños les encanta.

Excelente pizzeria con pizzas riquisimas una de las primeras pizzerias de Santander y todo un clasico, lugar agradable e informal bastante colorido y cerca de las zonas de ocio nocturno.

Recientemente visitamos esta pizzería cinco personas y, desde el momento en que entramos, la experiencia fue sorprendente. La decoración es absolutamente encantadora, con muchísimos detalles relacionados con Pinocho y otros elementos que hacen del lugar algo único y mágico. Elegimos este sitio porque ya habíamos probado su comida a domicilio y teníamos buenas referencias, pero comer allí superó nuestras expectativas. Lo positivo: - Atención al cliente excepcional: La chica que nos atendió fue muy graciosa, amable y educada, haciendo que nos sintiéramos muy cómodos. - Decoración creativa: Además de la ambientación, puedes pintar un mantel de Pinocho, y los dibujos de otros clientes decoran la entrada. - Carta variada: Tienen una amplia variedad para elegir, desde todo tipo de pizzas que puedes personalizar, hasta ensaladas, postres y otras opciones como croquetas. - Comida deliciosa: Todos los platos que probamos estuvieron a la altura. Lo negativo: - Solo tenían botellas de agua de 0,5L, y el precio (1,70 €) nos pareció algo elevado. Además creo recordar que dijo la camarera que eran de grifo. - Los postres, aunque generosos y ricos, tenían precios un poco altos (6-7 €). - (Con humor) A los niños les ofrecieron los colores para pintar los manteles, pero nosotros (con 20 años) tuvimos que pedirlos. ¡Eso sí, al final también disfrutamos dibujando! Conclusión: Recomiendo esta pizzería al 100%, especialmente para familias con niños, ya que no solo es una experiencia gastronómica, sino también un lugar lleno de diversión y encanto. La atención al cliente es un 10/10, la carta es muy amplia y variada, y aunque hay algunos detalles mejorables, la relación calidad-precio es buena. Una visita que, sin duda, repetiría.