28/10/2025: Muchas obras de Picasso, Miro y Dali. Se puede entrar gratis todos los dias a partir de las 19.00 hs y hasta las 21.00 (salvó los domingos que es más temprano). Se hace una larga cola y adentro hay mucha gente, especialmente en la sala del Gernica por lo que si quieren apreciar el museo con más tranquilidad es preferible pagar la entrada e ir más temprano.
    
        
            20/10/2025: Me sabe mal dar una puntuación tan baja a un museo que me gusta tanto, pero hoy l@s vigilantes de sala (y quiero especificar que no me refiero a l@s guardias de seguridad del museo, l@s cuales nos trataron muy amablemente en todo momento) del espacio expositivo en el que se encuentra la exposición temporal de Maruja Mallo me han hecho sentir que yo y mi hijo de 2 años no éramos bienvenidos allí. Sólo entrar a la primera sala de la exposición, la vigilante de sala, al verme sacar a mi hijo del cochecito y dejarlo en el suelo (mi intención era ir con él explicándole cosas que le pudieran resultar divertidas de la obra pictórica de esta artista, y así poder yo también disfrutar de una exposición que me apetecía mucho ver), me dice en mal tono -y aún peor cara- que haga el favor de coger a mi hijo de la mano (lo cual ni me había dado tiempo de hacer!) que a ver si va a tocar los cuadros y eso no se puede (obviamente). Esos 30 segundos de bronca (básicamente por dejar que los pies de mi hijo tocaran el suelo de esa sala), le otorgaron a mi hijo el tiempo suficiente de desatención por mi parte (ya que yo estaba mirando a la vigilante) para que él saliera corriendo y efectivamente tocara el cristal de uno de los cuadros. He ido a otros museos y otras exposiciones con mi hijo y nunca le he dado ni el tiempo ni la desatención como para que llegue a tocar alguna de las obras expuestas. Pero esta bronca inesperada permitió eso. Lo cual, obviamente, me hizo sentir sumamente incómoda (tanto por la bronca innecesaria como por el hecho de que mi hijo acabara por tocar el cristal de uno de los lienzos). Así que cogí rápidamente a mi hijo en brazos y lo llevé a cuello durante toda la exposición, pero parece ser que eso tampoco es suficiente ya que a cada sala nueva de la exposición en la que entrábamos veía como los ojos del/la vigilante se clavaban en nosotros y nos perseguían constantemente con la mirada. De hecho casi vuelvo a recibir otra bronca al dejar a mi hijo en el suelo delante del espacio educativo de la expo (el cual estaba cerrado en ese momento), pero como ya vi la aceleración de la marcha de la vigilante hacia nosotros, volví a coger a mi hijo en brazos.
Total, que no es solo que no haya podido disfrutar de la expo, si no que me sentí tan sumamente incómoda y no bienvenida que a lo largo de toda la expo sentía la urgencia de salir del museo lo antes posible.
Si los niños pequeños no son bienvenidos al Museo Reina Sofía estaría bien que el museo lo comunique explícitamente en su página web y en los otros medios de comunicación que éste use. Así al menos, las madres y padres nos ahorramos un mal rato y una decepción.