Philosopheat en Barcelona

Tienen un buen café de especialidad, el V60, hecho con granos etíopes. El sándwich de pollo estaba simplemente bien.

El lugar es muy bonito, pero su rollo de canela es malo (sabe a queso, nada que ver con un rollo de canela). Aunque me gustó el juno de mandarina y maracuyá.

Un lugar genial para comer; ofrecen un desayuno variado y también un almuerzo ligero. El café V60 está riquísimo; lo disfruté.

Bastante regular. El servicio lento y no muy agradable, la tostada rica pero nada del otro mundo. El chai no estaba especialmente bueno y eso que tardaron 20 min en traerlo, de hecho me sirvieron antes la tostada. Entiendo que a lo mejor no dan abasto por falta de personal, pero no se, en general me dio la sensación de que estaba mal organizado o bien que faltaba una persona mas en la sala. No repetiría y no lo recomiendo. Me pareció caro, para la calidad/cantidad que te ofrecen, puedes encontrar sitios mucho mejores a ese precio.

Una cafetería muy acogedora, perfecta para tomar un café, algo de comer y pasar un buen rato con amigos o trabajar en el portátil. Gonzalo es un barista muy amable y prepara un café excelente. ¡Muy recomendable!

Super buen smoothie y datil! Gonzalo encantador!

El desayuno y el café están entre las cosas más deliciosas que he comido en Barcelona.

Philosopheat es uno de esos lugares en los que sabes que vas a comer bien. Desde que entras, el equipo te recibe con una sonrisa sincera y un trato amable que hace que te sientas cómodo al instante. El espacio es tranquilo, acogedor y con pocas mesas, lo que permite disfrutar de una comida sin prisas, sin ruido, sin esa sensación de agobio que tantas veces encontramos en restaurantes urbanos. Esa calma se agradece, y mucho. La comida es claramente el punto fuerte: platos saludables, bien elaborados, con ingredientes de calidad y una propuesta que cuida tanto el sabor como el bienestar. Se nota que hay intención y cariño en cada detalle del menú. Es el tipo de lugar ideal para quienes quieren comer rico y sentirse bien después, sin renunciar a opciones nutritivas y creativas. Y hablando de caprichos… el brownie de chocolate se ha convertido en mi postre favorito. Perfecto de textura, intenso de sabor y capaz de hacerte feliz en un solo bocado. Sobre los precios, sí, son elevados. Es la realidad. Aunque están en la línea de otros sitios con una oferta similar, comer bien y con productos de calidad tiene un coste. Al final, cada uno decide cuánto quiere invertir en su bienestar y alimentación. Aun así, y como sugerencia constructiva, sería genial contar con algún tipo de programa de fidelización: una tarjeta de puntos o de sellos para quienes queremos repetir a menudo. Sin duda sería un incentivo perfecto para hacer de Philosopheat una parada aún más habitual. En definitiva, un restaurante para quienes buscan una experiencia tranquila, saludable y sabrosa. Un lugar donde el cuerpo se alimenta y la mente respira. Y donde, además, siempre hay un brownie esperándote para cerrar la comida con una sonrisa. 🌱🍫✨

Todo muy rico, muy recomendado. La atención es muy buena.

Un sitio completamente turístico. La comida no era muy buena, si pago lo que pagué al menos un jamón serrano de calidad y no del súper. El matcha no sabía nada a matcha…